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NACIONALES

El Gobierno de Javier Milei evalúa la demolición del emblemático edificio del ex Ministerio de Desarrollo Social con la imagen de Evita

El gobierno de Javier Milei considera la posibilidad de demoler el edificio que albergaba al ex Ministerio de Desarrollo Social, actual Ministerio de Capital Humano, ubicado en plena Avenida 9 de Julio. La construcción, famosa por las gigantografías de María Eva Duarte de Perón que adornan sus fachadas desde 2011, podría ser retirada como parte de un plan para mejorar la circulación en una de las principales arterias de la Ciudad de Buenos Aires.

Según declaraciones de un funcionario cercano a la Casa Rosada, la iniciativa se encuentra en evaluación, pero no se concretaría en el corto plazo. “No es algo contra el peronismo, es para abrir el tránsito de la 9 de Julio. No será ahora, tal vez en julio del año que viene”, expresó el funcionario, agregando que el edificio pertenece a la jurisdicción federal, por lo que la Ciudad no tendría injerencia directa en la decisión.

Este edificio, que originalmente alojaba al Ministerio de Obras Públicas y también al Ministerio de Salud, es un ícono de la política y la arquitectura porteña. Desde su inauguración en 1936, ha sido testigo de la historia social y política de la Argentina. En 2011, con la instalación de las imágenes de Evita en sus dos fachadas, el lugar adquirió un significado simbólico aún mayor para el peronismo.

La propuesta de demolerlo ha generado polémica, especialmente por la cercanía del anuncio con el 17 de octubre, Día de la Lealtad Peronista. Sin embargo, el dirigente libertario aclaró que no hay una intención de invisibilizar al peronismo, y añadió de manera irónica: “El nuevo peronismo somos nosotros, el partido que representa a los trabajadores. El peronismo del que hablan ustedes hoy representa a los planeros”.

Este anuncio se suma a otras decisiones del gobierno de Milei relacionadas con la simbología peronista, como el reciente cambio de nombre del Centro Cultural Kirchner. Aunque la demolición del edificio de Evita no es una prioridad en la agenda gubernamental, la sola posibilidad ya ha comenzado a generar debate en la sociedad y en el ámbito político, especialmente entre los sectores que ven en este edificio un símbolo histórico de la Argentina.

La discusión sobre el futuro del edificio parece estar en sus primeras etapas, y habrá que esperar para ver si la idea avanza o si queda relegada, como ha sucedido con otras propuestas de gran impacto simbólic

Consultado sobre el hecho de revelar esta posible iniciativa de eliminar las gigantografías de Evita justo en las horas previas de que se conmemore el Día de la Lealtad Peronista, respondió: "No es que queremos invisibilizar al peronismo".

No es la primera vez que un político propone demoler el edificio, ya lo había hecho el ex presidente Carlos Menem en el año 1995 y más cercano en el tiempo reiteró la propuesta el ex legislador, ex ministro y ex marido de Pampita, Roberto García Moritán

Con el hashtag #DEMOLICIÓN el ex funcionario había pubilcado en Twitter un impactante video afirmando, "vamos a terminar con los piquetes, los acampes y la violencia. En el medio de la ciudad hay un adefesio que solo genera caos, conflicto y anarquía. Este 2023 pongamos ORDEN para garantizar la LIBERTAD en la Ciudad de Buenos Aires. Los porteños merecemos vivir mejor.

Un edificio con historia

El emblemático edificio del ex Ministerio de Desarrollo Social, ubicado sobre la Avenida 9 de Julio, no solo es reconocido por las imponentes imágenes de Eva Perón que desde 2011 adornan sus fachadas, sino también por su profundo simbolismo en la historia política argentina. Fue en ese mismo lugar donde, el 22 de agosto de 1951, se produjo el famoso "Renunciamiento Histórico" de Eva Duarte a la candidatura a la vicepresidencia de la Nación, un hecho que marcó un antes y un después en la vida del peronismo y del país.

Aquel día, bajo la estructura que aún se erige, se montó un palco desde el cual Evita se dirigió a una multitud convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT). El fervor popular clamaba por la fórmula Perón-Perón, y los carteles lo dejaban en claro: la gente quería que la esposa del presidente Juan Domingo Perón lo acompañara como vicepresidenta. Sin embargo, Evita, ya enferma de cáncer, no aceptaría el ofrecimiento de manera inmediata.

"Compañeros, yo no renuncio a mi puesto de lucha, yo renuncio a los honores", fueron las palabras con las que la entonces primera dama frenó el insistente pedido de la multitud, pidiendo a cambio "por lo menos cuatro días" para meditar su decisión. Según las crónicas de la época, Eva habló en más de una ocasión desde el palco, incluso entre lágrimas, mostrando su sensibilidad ante el pedido del pueblo.

“¿Ustedes creen que si el puesto de vicepresidenta fuera un cargo y si yo hubiera sido una solución no habría contestado ya que sí?”, agregó en su discurso, dejando en claro que su decisión no era sencilla ni apresurada.

Finalmente, la confirmación del renunciamiento llegó nueve días después, cuando Eva anunció oficialmente su decisión a través de un mensaje transmitido por cadena nacional. Su salud, gravemente afectada, había sido un factor decisivo. Aquel momento selló la imagen de una Evita combativa, pero consciente de sus limitaciones físicas, y dejó al edificio ligado para siempre a uno de los episodios más trascendentales de la historia peronista.

Hoy, en medio de la controversia por la posible demolición del edificio como parte de un plan del gobierno de Javier Milei para mejorar el tránsito en la 9 de Julio, este lugar vuelve a estar en el centro del debate. El funcionario libertario que reveló la propuesta aseguró que no se trata de una acción "contra el peronismo", sino de una cuestión funcional para la ciudad, aunque el peso histórico del edificio sigue siendo un factor relevante para muchos sectores de la sociedad.

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