El propietario de un Ford T de 1924 llegó a Rafaela en el marco de su proyecto "La Vuelta del Ford N°100.000", recreando un histórico raid automovilístico. El móvil de Radio Rafaela previo a que sigan camino.
El pasado 29 de diciembre, Julio César Dupont, oriundo de Algarrobo, partido de Villarino, provincia de Buenos Aires, inició una recreación de la histórica vuelta del Ford T número 100.000. La vuelta comenzó desde la Plaza de Mayo, en la Ciudad de Buenos Aires. A bordo de su Ford T de 1924, el entusiasta del automovilismo trazó el mismo camino que se recorrió hace un siglo.
El raid se organizó en tres etapas: un Pre-Raid de Algarrobo al Obelisco, seguido por el tramo principal desde Plaza de Mayo hasta La Boca, y un Post-Raid que cerrará el recorrido de regreso a Algarrobo. En diciembre, se realizó el Pre-Raid, con el objetivo de promocionar la iniciativa y probar el vehículo. Tras completar este primer tramo, el auto fue resguardado en una cochera particular hasta el inicio del raid.
La recreación no solo es un homenaje al modelo, sino también una celebración para los apasionados del automovilismo, restauradores de autos clásicos y amantes de la historia automovilística nacional.
La historia detrás de la travesía
Este evento revive un momento emblemático de la industria y el espíritu de aventura que caracterizó al Ford T hace 100 años. Actualmente, los viajeros se encuentran de paso por Rafaela.
Y en este sentido, el móvil de Radio Rafaela se acercó al taller donde están realizando unas reparaciones antes de seguir camino con la travesía. Allí, habló con uno de los comandantes del viaje, Julio César Dupont, quien expresó: "me siento muy contento de estar en Rafaela, una ciudad que siempre nos acobija y nos da una mano en esta locura".
El proyecto, inspirado en un raid promocional de Ford Argentina de 1924, busca rememorar aquel recorrido de 5.200 kilómetros que incluyó 80 localidades, entre ellas Rafaela. "Estamos recreando ese raid histórico con el Ford T que fabricaron el 29 de diciembre de 1924, conocido como el Ford N°100.000", explicó.
El Ford T que maneja tiene un valor especial para Dupont, ya que guarda una conexión emocional con su abuela. "Ella manejaba un Ford T para visitar a mi abuelo cuando eran novios. Cuando falleció, encontramos en el galpón familiar los faroles de ese auto, y hoy me acompañan en este viaje", contó con emoción.
A pesar de las limitaciones técnicas del vehículo, como las ruedas originales de madera de 100 años, el entrevistado contó que viajan a una velocidad promedio de 55 kilómetros por hora. "Son sensaciones muy distintas a un auto nuevo. La gente en la ruta te saluda, y a muchos les trae recuerdos de familia. Es un mimo al alma", reflexionó.
Un viaje y las mil historias
El viaje también está marcado por los lazos que se crean en el camino. Dupont relató anécdotas entrañables, como cuando en El Trébol (días atrás) llegaron “a la una de la tarde, muchísimo calor, paramos una sombra, y vino gente que conocía mecánica, y un viajante que venía con unos salamín, y ahí se hizo una picadita, y almorzamos todo, y trabajamos toda la siesta”
O en Pellegrini, donde tuvieron un conflicto eléctrico y el gerente de un banco llamó a su electricista de confianza para solucionarlo en cuestión de minutos.
Lo mismo en San Carlos Centro, donde una agrupación de fanáticos Chevrolet lo asistió a el y su compañero en plena noche: “Se me rompió un pico de una rueda a las 10 de la noche y me llevaron a una casa particular para hacer noche ahí”.
"Es impresionante cómo un Ford T puede ser el nexo para formar amistades. Esto va más allá de lo mecánico; es algo que llena el alma", afirmó.
Después de cuatro años de planificación, el proyecto no solo está cumpliendo con sus objetivos, sino que también reunió a amantes de los autos antiguos y dejó una marca imborrable en quienes cruzaron caminos con Julio y su Ford T. "Vamos sin apoyo, sin camioneta de auxilio, dos locos arriba de un Ford T. Es una experiencia única", concluyó.
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