BONUS TRACK | La historia detrás de la primera gran noche de La Fábrica Disco: "No dábamos abasto"

Tras varios meses de planificación, gestación y desarrollo, un viernes 28 de septiembre de 1990 “La Fábrica Disco Rafaela” abrió sus puertas al público. Una noche sin igual que sus protagonistas recordaron con mucha emotividad en las entrevistas que formaron parte de Radio Rafaela.

En esa línea, Chelo Donning (uno de los dueños) contó a este medio que “Rafaela fue una experiencia fantástica. Desde poder hacer el boliche en tres meses, tener a cientos de personas trabajando todos los días, hasta la inauguración”, dijo.

Y en esa misma línea, destacó que para la reforma de La Princesa a La Fábrica tuvieron una suerte muy especial: “En esos tres meses de obra no llovió un solo día", dijo. Pero ese viernes, algo tenía que fallar: “El día de la inauguración, ese viernes, se largó a llover. No lo podíamos creer”, contó Chelo. Aunque aclaró que "un ratito antes de las 12 de la noche cortó el agua y después estuvo fantástico todo”.

Siguiendo por este tema, Adrián Sanmartino, el dueño de una de las metalúrgicas que trabajó durante el desarrollo de “La Fábrica Disco Rafaela”, ratificó este deseo que tenían los dueños para cumplir sus objetivos. “Era como un objetivo inaugurarlo en una fecha y uno ya lo había tomado como un desafío de tratar de terminarlo”, contó en diálogo con este medio.

Por su parte, Juan Carlos Botto, el DJ del boliche, afirmó que la primera noche estuvo colmada de gente. “La noche inaugural teníamos 7000 personas adentro. Para mí fue un emblema, lo que pasó adentro es la historia”, recordó.

En este punto, resulta importante destacar que, según el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas del año 1991, Rafaela tenía un total de 68.400 personas viviendo en la ciudad. Destacar esta cifra no es azarosa, sino que permite poner en valor la magnitud del movimiento de personas que logró “La Fábrica Disco” en su noche inaugural. 

Donning estimó que en la noche inaugural “había 300 metros de fila para entrar”, lo cual le hizo “poner la piel de gallina. Dijimos no, esto no puede ser”.

Ese 28 de septiembre de 1990 quedó marcado también por varios hechos que sucedieron poco antes de que se abrieran las puertas por primera vez. En la entrevista con este medio, Chelo recordó que “el día de la inauguración se prendió fuego. Es una anécdota que no muchos saben. Estaban soldando y abajo venían alfombrando, esa combinación fue fatal. Casi se nos prende fuego el boliche el día de la inauguración”, confesó.

Lo mismo Coco Benz, otro de los dueños, dijo que “en el momento de la apertura, entré al baño de varones y tres o cuatro que decían ‘mirá estos gringos de mierda, ¡los baños que hicieron!’. Porque en los baños te podías hasta peinar, todo en acero inoxidable”.

Evidentemente, la noche inaugural superó ampliamente las expectativas de sus dueños porque, tal como relató Chelo, tuvieron que abrir una nueva boletería improvisada para agilizar el ingreso y darle paso a las personas que estaban esperando para entrar. “Esa noche tuvimos que romper la pared. Teníamos una boletería afuera y no dábamos abasto. Así que esa misma noche estaban los albañiles, le dimos cortafierro y martillo, hicieron un hueco en la pared y habilitaron otra boletería para acelerar el paso”, recordó.

Al día siguiente del estreno de “La Fábrica Disco”, los dueños quedaron perplejos al ver personas que pasaban de paseo por Avenida Santa Fe, entre las calles Mosconi y Anduiza, para poder entender cómo era el boliche. Respecto a esto, Coco Benz relató en una entrevista que el domingo muchos rafaelinos “pasaban porque querían conocer el boliche. La gente se juntaba, había una cola de cinco cuadras para cada lado”.