Hábitos cotidianos que ayudan a mantener las arterias sanas y el corazón fuerte
Especialistas advierten que las enfermedades cardíacas suelen avanzar de forma silenciosa y remarcan la importancia de la alimentación, la actividad física y los controles médicos para prevenir la acumulación de placa.
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Las enfermedades cardíacas no suelen aparecer de manera repentina. En la mayoría de los casos, se desarrollan de forma silenciosa y progresiva, a partir de la acumulación de placa —compuesta por colesterol, grasa y calcio— en las arterias, lo que puede derivar en infartos, accidentes cerebrovasculares y otras afecciones graves.
Las arterias son las encargadas de transportar sangre oxigenada a todo el cuerpo. Cuando se estrechan por la acumulación de placa, el flujo sanguíneo se ve comprometido y el corazón debe trabajar con mayor esfuerzo. Según explicó el cardiólogo intervencionista Ankur Gupta, de Banner – University Medicine Cardiology Scottsdale, existen hábitos diarios que pueden reducir este riesgo y preservar la salud cardiovascular.
Cómo se produce la acumulación de placa
La arteriosclerosis comienza cuando las paredes internas de las arterias se dañan. Factores como el colesterol alto, la presión arterial elevada, el tabaquismo o la diabetes suelen ser los desencadenantes. Con el paso del tiempo, los depósitos de grasa se acumulan en esos sectores debilitados y se endurecen, muchas veces sin provocar síntomas en las primeras etapas.
Alimentación y actividad física como pilares
Una dieta equilibrada cumple un rol central en la prevención. Se recomienda priorizar alimentos ricos en fibra como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, incorporar proteínas magras y grasas saludables, y limitar el consumo de productos ultraprocesados, fritos, azúcares añadidos y grasas saturadas. Modelos alimentarios como la dieta mediterránea o DASH mostraron beneficios en la protección arterial.
La actividad física regular también resulta clave. Realizar al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado —como caminar, nadar o andar en bicicleta— contribuye a mejorar la circulación y a regular los niveles de colesterol. Incluso pequeñas acciones diarias, como caminatas cortas, generan impacto a largo plazo.
Evitar el tabaco y controlar factores de riesgo
El consumo de tabaco y productos de vapeo con nicotina acelera el daño arterial, favorece la formación de placa y aumenta el riesgo de coágulos. Los especialistas coinciden en que abandonar el hábito produce beneficios casi inmediatos en la circulación.
Asimismo, la presión arterial alta y el colesterol elevado suelen avanzar sin síntomas, por lo que los controles médicos periódicos resultan fundamentales para prevenir complicaciones.
Sueño, estrés y consumo de alcohol
Dormir entre siete y ocho horas diarias y manejar el estrés son aspectos que también influyen en la salud del corazón. El estrés crónico y la falta de descanso pueden elevar la presión arterial y generar inflamación en las arterias. En cuanto al alcohol, se aconseja limitar su consumo, ya que en exceso puede elevar los triglicéridos y la presión sanguínea.
Cuándo consultar al médico
En etapas avanzadas, la obstrucción arterial puede manifestarse con dolor en el pecho, falta de aire, fatiga ante esfuerzos leves o debilidad en extremidades. Ante la presencia de estos síntomas, o si existen factores de riesgo, se recomienda consultar a un profesional de la salud.
Especialistas remarcaron que, si bien los cambios en el estilo de vida son relevantes, en algunos casos la genética o antecedentes prolongados requieren estudios específicos y tratamientos médicos para restablecer el flujo sanguíneo adecuado.

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