Fortalecé tus huesos desde que sos joven: cómo cuidar tu salud ósea durante toda la vida
La salud de los huesos no es solo una preocupación de la vejez: desde jóvenes hasta mayores, hay factores clave como la alimentación, la actividad física y el estilo de vida que ayudan a conservar una estructura ósea más fuerte. Especialistas recuerdan que pequeñas decisiones cotidianas pueden marcar una gran diferencia.
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Nuestros huesos no son estructuras estáticas: están vivos, se renuevan y responden al uso. De hecho, alrededor de los 30 años solemos alcanzar la máxima densidad ósea, y después de eso el cuerpo tiende a perder ligeramente más hueso del que forma.
Si no prestamos atención a ese desgaste, podemos quedar más expuestos a lesiones o enfermedades como la osteoporosis, pero hay muchas estrategias —respaldadas por la ciencia— para cuidarlos durante toda la vida.
Pensar en la salud ósea
Los huesos cumplen funciones vitales: no solo sostienen el cuerpo, sino que protegen tus órganos, permiten el movimiento al anclar los músculos y actúan como reserva de minerales como el calcio.
El organismo mantiene un equilibrio constante entre “armar” hueso nuevo y destruir el hueso viejo, un proceso que se conoce como remodelado óseo. Cuando somos jóvenes, la creación de hueso gana, pero más adelante perdemos un poco más de lo que formamos.

Esa pérdida gradual suele ser natural, pero puede acelerarse por distintos factores. Entre los más importantes están la dieta, el sedentarismo, el consumo de tabaco o alcohol, y algunas medicaciones. Además, ciertas enfermedades también afectan la salud ósea, por lo que es clave tomar medidas preventivas desde un estilo de vida saludable.
Qué hacer para fortalecer los huesos
1. Alimentación rica en calcio y vitamina D
Una de las bases para mantener huesos fuertes es asegurar un consumo suficiente de calcio. Según la Mayo Clinic, para adultos entre 19 y 50 años se recomienda consumir alrededor de 1.000 mg al día, y la dosis sube a 1.200 mg en mujeres mayores de 50 años o hombres mayores de 70.
Algunos alimentos ricos en calcio son los lácteos, las verduras verdes como la col rizada, y pescados con espinas comestibles, como sardinas.

La vitamina D también juega un papel clave, ya que ayuda al cuerpo a absorber el calcio. Para adultos de hasta 70 años, la recomendación es de 600 unidades internacionales (IU) por día; para personas mayores, sube a 800 IU. Se puede obtener por medio de alimentos (como pescados grasos), suplementos o exposición al sol, siempre con precaución.
2. Ejercicio físico para fortalecer los huesos
No basta con comer bien: también hay que mover el cuerpo. El ejercicio con carga de peso y resistencia es muy beneficioso para estimular el crecimiento y mantenimiento óseo.
Basándonos en recomendaciones de especialistas y estudios destacados (como los repasados por Infobae), estos son seis ejercicios especialmente efectivos:
Estocadas con pesas: dar un paso atrás mientras sostenés peso en las manos y luego volver a la postura original. Este movimiento trabaja las piernas y promueve densidad ósea.
Saltos laterales: saltar de un lado al otro para generar “estrés positivo” en los huesos, lo que estimula su fortalecimiento. Saltos en una sola pierna: pararte sobre una pierna para saltar hacia adelante y mantener el equilibrio al aterrizar.
Remo con pesa: apoyar una rodilla y una mano en un banco, con la otra pierna firme en el suelo, y levantar una pesa hacia el torso. Esto refuerza la parte superior del cuerpo.
Caminar o correr: actividades de carga como caminar a paso firme o trotar generan estimulación ósea constante.
Peso muerto con una pierna: pararse sobre una pierna, inclinarse desde la cadera mientras la otra pierna se eleva hacia atrás, y volver a la posición inicial.
La clave está en hacer estos ejercicios de forma progresiva, es decir, aumentar poco a poco la intensidad, variar los movimientos y trabajar tanto la parte superior como la inferior del cuerpo.
Otros hábitos saludables que fortalecen los huesos
Además del ejercicio y la alimentación, hay otros pilares importantes para la salud ósea:
Dejar de fumar: el tabaco debilita los huesos.
Moderar el consumo de alcohol: bebidas en exceso pueden ser perjudiciales.
Hacer ejercicios de equilibrio: movimientos como los del taichí ayudan a prevenir caídas, un factor de riesgo clave para fracturas.
Mantener la seguridad en casa: especialmente en los mayores, prevenir caídas es fundamental porque muchas fracturas ocurren después de un tropiezo.
Qué tener en cuenta según la edad
Jóvenes y adultos: construir una buena masa ósea antes de los 30 es esencial, porque ese es el “pico” de densidad ósea natural.
A partir de los 30: ya no se gana tanto hueso nuevo, por lo que las medidas para mantenerlo se vuelven más importantes.
En la menopausia y después: la caída de estrógenos acelera la pérdida de densidad ósea, especialmente en las mujeres.
Por eso, combinar ejercicios de impacto, fuerza y equilibrio es una estrategia recomendada. Cuando hay riesgo alto de fracturas: puede ser necesario consultar con un profesional de la salud para valorar su uso de suplementos o incluso medicación, junto con el ejercicio y la dieta.

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