¿Cuáles son las maneras favoritas de tomar mate de los argentinos?

En Argentina, el mate no es solo una bebida; constituye un símbolo de identidad, amistad y convivencia. Está presente en hogares, oficinas y espacios públicos, acompañando desde el desayuno hasta la sobremesa. Cada persona aporta su toque personal al momento de cebarlo, creando una diversidad de sabores que refleja la creatividad y las tradiciones locales.

Para comprender mejor estas preferencias, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) realizó un estudio que identifica las preparaciones más elegidas en todo el país. El informe destaca cómo, a pesar de mantener la esencia de la yerba y el agua, el mate se adapta a distintos gustos y situaciones, ofreciendo alternativas para todos los paladares.

Las preparaciones más populares

El mate amargo se mantiene como la opción clásica y representativa, apreciada por quienes buscan el sabor puro de la yerba sin aditivos. Por su parte, el mate dulce, al que se le agrega azúcar o edulcorante, se posiciona como la alternativa de quienes prefieren un sabor más suave, aunque requiere cambios más frecuentes de la yerba.

El mate con naranja o limón es elegido por quienes buscan un toque cítrico y desean reducir la acidez estomacal, mientras que el mate con café aporta energía extra gracias a la combinación de cafeína y azúcar. Entre las hierbas aromáticas, el mate con menta, peperina o melisa ofrece un sabor renovado similar al té, y el mate con miel y cedrón se destaca por su aroma y dulzor delicado.

Durante los días calurosos, el tereré se impone como la versión refrescante, combinando agua fría o jugos con hielo y hierbas locales. En invierno, especialmente en el norte del país, algunos optan por agregar aguardiente para contrarrestar las bajas temperaturas. Otras variantes menos frecuentes pero curiosas incluyen el mate con leche caliente o incluso el mate con cerveza, que sorprende con combinaciones inesperadas.

Estas diez preparaciones reflejan la versatilidad del mate y su papel como ritual cotidiano que se adapta a las preferencias personales, el clima y los momentos del día. Más allá de ser una bebida caliente, el mate es una experiencia social y cultural que continúa reinventándose en cada hogar argentino.