Tras recibir el alta, Pedro, un jubilado que fue brutalmente atacado durante un intento de robo, comienza a retomar su vida con el apoyo de familiares y vecinos. El agradecimiento de la familia para con los rafaelinos.
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La ciudad de Rafaela amaneció este miércoles 18 de septiembre con un violento hecho de sangre en Av. Gabriel Maggi al 100, en barrio Barranquitas, al Norte de la ciudad. Allí, un jubilado, Pedro de 86 años, resultó víctima de un salvaje ataque en el marco de lo que sería un presunto intento de robo.
Tras pasar unos días internado bajo observación médica, Pedro recibió el alta y en esa línea su nieto, Gabriel, y su hija, Celia, expresaron su agradecimiento por la solidaridad de los vecinos, familiares y amigos que no solo lo asistieron en el momento del incidente, sino que también continuaron brindándole apoyo durante su recuperación.
"En serio, de todo corazón, los vecinos realmente salieron a cuidar a mi abuelo, lo asistieron y luego más todavía: empezaron a juntar donaciones", relató su nieto emocionado, recordando cómo la comunidad se movilizó para ayudar.
Pedro, que además de sufrir el ataque, perdió muchas de sus pertenencias a causa de un incendio, recibió ayuda material por parte de sus allegados, quienes le donaron ropa, alimentos y artículos de limpieza. "Queremos estar profundamente agradecidos con la ciudad", insistió Gabriel. "A mi abuelo le han dado de todo, desde comida hasta artículos de limpieza. Aunque al principio sirvió, ya después no hacía falta más, pero el gesto lo es todo", comentó.
Un nuevo comienzo para Pedro
A pesar de lo traumático del incidente, Pedro ya está comenzando a retomar su vida cotidiana. "Mi abuelo está recontra bien de salud, lo visitaron muchos amigos y familiares. La cantidad de amigos que tiene es impresionante", añadió Gabriel. Además, agradeció el trabajo de las autoridades locales: "Un párrafo aparte quiero dedicarlo a la Policía Científica y la PDI, que realmente hicieron un trabajo admirable, y pensamos que esto se va a resolver".
Por su parte, Celia destacó que Pedro, a sus 80 años, está decidido a seguir con su vida de la manera más normal posible. "Él está haciendo vida normal. Lo que lo saca adelante es querer seguir su rutina diaria, como siempre", señaló.
Aunque todavía hay trámites por resolver, Celia comentó que su padre está cómodo en su casa, rodeado de las comodidades que necesita. "Tiene su habitación, todas sus cosas. Más adelante veremos qué hacemos, porque él quiere recuperar su independencia. Está acostumbrado a ser independiente, y aunque está cómodo en nuestra casa, quiere volver a su rutina", explicó la hija.
Misión cumplida
"No necesitamos más donaciones por ahora, porque tampoco hay espacio en la casa. Solo queremos agradecer el cariño que todos nos han mostrado", agregó.
"Por ahora no tiene teléfono, pero mañana vamos a hacer el trámite para que recupere su número. Así, todos sus amigos, que están preocupados, podrán hablar con él personalmente o por teléfono", señaló al respecto la hija.
"Fue una desgracia con suerte, pero lo más importante es que él está bien", reflexionó Celia, quien ha decidido dejar en manos de la justicia la resolución del caso. "Me centro en su salud, en agradecer lo que pasó, no en seguir pensando en lo negativo, porque eso también le hace mal a su salud. Dios dirá y la policía trabaja en eso. Nosotros nos sentimos muy contenidos por todo el amor que hemos recibido, y eso es lo más importante: que él sienta que la gente lo quiere y lo cuida", concluyó Celia, con la esperanza de que su padre recupere la normalidad lo antes posible.
El detalle de lo sucedido
Los hechos se desencadenaron unos minutos antes de las 5 de la mañana. Según lo que indican las primeras informaciones, datos que deberán ser confirmados a partir de las investigaciones correspondientes, habría sido uno el sujeto que ingresó a la casa de la víctima a la fuerza barreteando la puerta de ingreso, aunque no se descarta la participación de más personas.
Pedro, que habría estado recostado en su habitación, escuchó los ruidos y salió del cuarto para ver qué ocurría. En ese momento fue sorprendido por el delincuente dentro de su domicilio.
Algunas versiones extraoficiales indican que la víctima habría reconocido al atacante, y se lo manifestó. Este hecho pudo haber empeorado la reacción del violento, que agredió brutalmente al octogenario. Con fuertes golpes, le causó una grave herida en la cabeza, por lo que quedó un sangriento rastro en todo el domicilio.
El salvaje ataque no habría conformado al agresor, ya que segundos más tarde habría iniciado un incendio en la vivienda. Esta secuencia conduce a presumir que se habría tratado de un intento de homicidio, aprovechando la vulnerabilidad de la víctima con graves heridas.
Sin embargo, contra todos los pronósticos, el anciano pudo salir por sus propios medios de la casa y evitó quedar atrapado entre las llamas. Una vez afuera, pudo solicitar ayuda a sus vecinos que fueron quienes tomaron rápida intervención dando aviso a Bomberos Zapadores, SIES 107 y efectivos policiales.