La Comunidad Parroquial se reunió en la tarde del sábado 9 de septiembre, para acompañar al Padre Ariel Botto, en la oportunidad de asumir su condición como nuevo Párroco de la Parroquia San Antonio de Padua, cuyo templo se mostró colmado de fieles.
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En los primeros asientos, se encontraban presentes sus familiares y los feligreses que se acercaron desde la Catedral San Rafael, en donde el Padre Ariel estuvo prestando su Servicio Apostólico en estos últimos años.
La celebración eucarística fue presidida por el Obispo de la Diócesis de Rafaela, Monseñor Pedro Javier Torres, concelebrada por el párroco saliente Antonio Navarro, y los presbíteros Alejandro Mugna, Alejandro Sola, el diácono Danilo Monti, el Diácono permanente en San Antonio, Gustavo Nihoul y el seminarista David Bolatti.
Fue una celebración especial, con una liturgia llena de simbolismo, para el sacerdote que tomó posesión y para la Asamblea que lo recibió.
En la primera parte, el propio Padre Ariel Fernando Botto, dio lectura de su nombramiento, la profesión de fe y juramento de fidelidad, decreto, por el cual fue designado como Párroco de la Parroquia San Antonio de Padua de nuestra ciudad; "quien reúne las condiciones requeridas por el término de seis años, durante los cuales conservará el cargo, si no media otro nombramiento, con todos los derechos, facultades y obligaciones de las normas canónicas y las disposiciones diocesanas vigentes"
"Al mismo tiempo, se encomendó como misión fundamental el cuidado del Pueblo de Dios reunido en dicha parroquia, para que en nombre del Obispo distribuya la Palabra de Dios, por la catequesis y la Predicación, los reúna en los Sacramentos y lo organice para vivir en testimonio de unidad, brindándose en la caridad pastoral como servidor, y procurando la colaboración de todos en la misión de la Iglesia…".
Monseñor Torres, le hizo entrega del Evangelio y realizó la renovación de las promesas de su ordenación sacerdotal. Después, se le hizo entrega del óleo de los catecúmenos, óleo de los enfermos y el Santo crisma, junto a la ofrenda del Pan y del Vino.
Luego de la Comunión, el Padre Ariel se dirigió a los presentes con unas breves palabras y recibió las llaves del Sagrario.
¡Bienvenido Padre Ariel! Encomendamos y rezamos a Dios para que lo guíe en el camino y que se sienta feliz entre nosotros, durante todo el tiempo que permanezca a nuestro lado como guía de la Comunidad.

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Finalmente el padre Antonio, con palabras muy emotivas y visiblemente emocionado, se despidió de la Comunidad. Muchas gracias Padre Antonio por estos mas de 5 años que nos has dedicado, siempre en la Parroquia San Antonio de Padua, habrá un lugar reservado para vos. Dios te bendiga, que seas muy feliz en su nuevo camino, esta nueva etapa tan anhela en tu vida, ahora compartiéndola junto a la Comunidad de Capilla Dolorosa como "sacerdote emérito residente".