Cada vez falta menos para volver abrazarnos: avanza la vacunación a todo ritmo y crece la esperanza

Un año y medio después: de encierro, de asimilar lentamente la incertidumbre y, en ciertos momentos, de aprender a convivir con ciertos silencios, la ciudad superó la increíble suma de 80.000 vacunados.

Por Belén Casañas

El coronavirus tocó los cimientos familiares más firmes, cambió realidades, nos encerró, nos enseñó a convivir con nosotros mismos y a mirarnos al espejo. Tuvimos que aprender, a la fuerza, pero necesariamente, que no estamos solos, que aquellos caminos que transitábamos en soledad, hoy debemos recorrerlo como sociedad, en comunión, de la mano, de los codos y paso a paso.

Porque esta vez, si vamos solos, no vamos a llegar a ningún lado.

Durante la semana pasada, RADIO RAFAELA DIGITAL recorrió los centros de vacunación de la ciudad de Rafaela, nos encontramos con personas maravillosas y tuvimos el enorme agrado de estar, no solo como prensa, sino como pacientes. En mi caso, con 27 años, me tocó vacunarme. Y quizás, puede ser que yo sea un poco sensible, pero es imposible no emocionarse.

Las enfermeras y enfermeros junto con los voluntarios recorrían cada silla, a cada paciente con una serenidad impecable. Tuve la suerte que una mano amiga se apoyó en mi hombro y me dijo “tranquila, todo va a estar bien”. Un pinchazo después, entendí inmediatamente que estaba un paso más cerca de abrazar a mi familia, de ayudar a otras a estar un poquito más unidas, había sumado mi granito de arena.

Rafaela es generosa, la gente es maravillosa y el equipo de salud que trabaja incansablemente para hacer de esta ciudad un lugar más seguro se siguen llevando todos los aplausos. El jueves vivimos la emoción de la vacuna número 80.000, que llenó el galpón del Club Estudiantes de aplausos, festejos, lágrimas y aliento. No es para menos.

Ese número necesariamente tiene que seguir creciendo, por orgullo local, por asistencia a la sociedad, por solidaridad, para poder seguir caminando juntos y juntas, para estar a un pasito más cerca de poder abrazarnos en familia, entre amigos y, como sociedad. Porque, un año y medio después, llenos de miedos, de incertidumbre, de tedio y hastío, nos merecemos aprender otra vez a transitar esta vida y este momento llenos de empatía, amabilidad y, sobre todo, de la mano. Porque nuestro granito de arena, no solo cambia nuestra vida, lo cambia todo.

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Radio Rafaela

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