Granja La Serena suma una nueva propuesta: “Soñamos un lugar donde los chicos con discapacidad puedan trabajar, y hoy es realidad”

La Granja La Serena, ubicada en la localidad de Ataliva, suma desde este fin de semana un nuevo espacio cargado de emoción, historia y compromiso social. Se trata del “Rincón de los Recuerdos”, un mini museo que exhibe herramientas y objetos de la vida rural de los primeros pobladores de la zona, y cuya particularidad es que será atendido y guiado por jóvenes con discapacidad.

“Estamos muy contentos y muy emocionados con este nuevo espacio. Es algo que soñamos hace mucho tiempo”, expresó Hugo Senn, referente del proyecto. “El Rincón de los Recuerdos era un lugar que ya teníamos pensado para que lo recorran las escuelas y las familias, pero ahora le sumamos un espacio cerrado donde vamos a exhibir cosas que no pueden estar al aire libre, parte de nuestra colección personal”, detalló.

Un museo inclusivo guiado por jóvenes con discapacidad

La gran novedad de esta iniciativa es que será guiada por chicos con capacidades diferentes, que encontrarán allí una oportunidad real de participación e inclusión laboral. “Todo este espacio va a estar guiado y atendido por chicos con discapaidad. Ellos van a ser los que acompañen a las personas que visiten el lugar”, explicó Senn.

La idea, según contó, surgió desde una experiencia personal: “Siempre soñamos un lugar para que nuestro hijo, que tiene una discapacidad, pudiera trabajar. Él por su patología no puede hacerlo, pero no nos quedamos ahí. Pensamos en crear un lugar para brindar esa posibilidad a otras familias”.

Una entrada simbólica que se transforma en salario

A diferencia del resto de la granja —donde no se cobra entrada y el acceso es por contribución voluntaria—, el “Rincón de los Recuerdos” tendrá un precio simbólico de entrada, que será destinado íntegramente a los jóvenes que trabajen cada sábado.

“Los chicos que estén trabajando ese día en el museíto, guiando a la gente, al final de la jornada se van a llevar lo que recauden. Es su reconocimiento, su ingreso, su recompensa. Queremos que sea un verdadero trabajo para ellos, dentro de sus posibilidades y sin exigir más de lo que puedan dar”, remarcó Senn.

Accesibilidad real: braille, objetos táctiles y lengua de señas

El espacio fue pensado para que cualquier persona, sin importar su condición, pueda disfrutarlo. Así, se incorporarán carteles en braille, objetos que pueden ser tocados por personas no videntes, y en algunas jornadas habrá guías que se comuniquen en lengua de señas.

“Una de las guías será Ludmi, una chica no vidente de Aldao, que va a estar desde este mismo fin de semana”, anunció Senn con entusiasmo. “El objetivo es que los chicos puedan vivenciar el lugar con los sentidos que tienen a disposición, que puedan participar de forma activa, no solo como visitantes, sino también como anfitriones”.

Un llamado a la comunidad: acompañar, compartir, incluir

La apertura oficial será este viernes, y estará abierto cada sábado. Cada jornada será distinta, dependiendo de qué familias puedan acercarse y qué jóvenes puedan participar.

“Necesitamos que las familias se sumen, que acompañen, que compartan. No todos los sábados van a estar todos los chicos, pero cada sábado será una experiencia única”, afirmó Senn. Y concluyó: “Se habla mucho de inclusión, pero en la práctica muchas veces nos encontramos con paredes. Esta es una forma concreta de abrir una puerta”.