“Vi la oportunidad de conseguir drogas”: la declaración del pintor que tapó el pozo del triple crimen en Florencio Varela

Ariel Jeremías Giménez (29), el pintor que admitió haber colaborado en la segunda fase del caso conocido como el triple crimen de La Matanza, declaró ante el fiscal Carlos Adrián Arribas y reconoció que aceptó nivelar la tierra del pozo donde fueron enterradas las víctimas a cambio de drogas, dinero y comida.

Giménez es, hasta el momento, el único de los detenidos que no está imputado por homicidio. Ante la fiscalía describió su participación como un trabajo puntual: al llegar le indicaron que tirara la tierra restante hasta que la superficie quedara nivelada —“era redondo y le faltaba llegar a la superficie unos dos centímetros”— y calculó que tardó unos 25 minutos en completar la tarea.

Cómo fue su intervención

Según su relato, su vínculo con los acusados comenzó de forma indirecta: el 18 de septiembre publicó en WhatsApp un estado con la imagen de un parlante. “Estas personas lo vieron y, al otro día a la noche, tipo 21, me preguntaron si se lo podía alquilar”, explicó. Ese parlante fue usado para poner música fuerte y enmascarar los gritos durante los asesinatos, según dijo Giménez.

Villanueva Silva fue quien fue a buscar el parlante. Por ese alquiler, Giménez aseguró que le pagaron 30.000 pesos: 20.000 en drogas y 10.000 en efectivo, monto que, sostuvo, compartió con familiares y una amiga. Al reclamar la devolución del parlante se cruzó con los acusados y aceptó la propuesta de tapar el pozo: “Necesitaba plata, necesitaba drogarme”, declaró.

Durante la tarea, relató que le ofrecieron comida y bebida —una hamburguesa y un trago de vodka con Seven Up o jugo— porque hacía días que no comía ni dormía por su consumo.

Pagos, herramientas y posteriores hechos

Giménez dijo que, al terminar, recibió dos palas y un pico usados junto con 45.000 pesos. Explicó que le entregaron las herramientas “por parte del trabajo y por haber ido a buscar el parlante”, y que luego vendió esas herramientas por 70.000 pesos para conseguir más droga.

En su declaración también consignó que vio una camioneta blanca tipo familiar, similar a una Chevrolet Tracker, estacionada frente a la casa la noche del crimen. Además contó que, al intentar vender su celular para obtener dinero, le robaron el teléfono. Al conocer por televisión los allanamientos en la causa, decidió presentarse en la comisaría para preguntar si tenía alguna causa en su contra y finalmente se entregó.

Giménez quedó detenido y su testimonio forma parte de la instrucción a cargo del fiscal Arribas. Según el relato que dio ante la Justicia, su participación se limitó a tapar el hueco donde estaban los cuerpos; no fue sindicado como autor de los homicidios.