No tiene límites el intento de enviar elementos ilegales a bordo de palomas, las cuales son domesticadas por internos y visitas desde pichonas.
Por segunda vez en la semana y por séptima desde noviembre a la fecha, la policía dio con una paloma con un elemento atado en sus patas queriendo ser enviado a los internos del Instituto Correccional Modelo Unidad 1 de Coronda.
En esta ocasión, cerca de las 14 horas de este jueves, personal del Grupo de Operaciones Tácticas, tercio alfa, que estaban cumpliendo con custodia frente a la cárcel de esa ciudad, recibió una comunicación desde base en la cual avisaban que una vecina de Roque Sáenz Peña al 1800, a unos 200 metros del penal, había llamado ya que encontró un ave dentro de su casa, con un envoltorio atado a una de sus patas.
Ante eso, los efectivos se dirigieron a la vivienda, y en presencia de testigos, tomaron a la paloma, que efectivamente tenía un paquete de nylon de color amarillo dentro del cual había una gran cantidad de envoltorios verdes de nylon con una sustancia blanquecina.
Era droga
Para corroborarlo se convocó a agentes de la Policía de Investigaciones, quienes contabilizaron cerca de 80 paquetitos fraccionados, con un peso total cercano a los 50 gramos, de lo que minutos después sería constatado que se trataba de cocaína.
El lunes habían intentado enviar un teléfono celular a bordo de esta ave, pero ya hay unos cuantos antecedentes en la materia: el 22 de julio, habían querido entrar droga fraccionada en dos envoltorios. Anteriormente, el 8 de julio una paloma llevaba un teléfono sin batería, un chip y un cargador; el 23 de abril de este año habían querido mandar 60 gramos de marihuana, el 8 de noviembre de 2023 consistió en un teléfono y una resistencia aunque no se pudo descubrir al autor o los autores, como en ninguna ocasión hasta el momento.
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