Por Martín González

Tras un procedimiento que se realizó ayer a la noche en barrio Fasoli en Rafaela se conoció un caso conmocionante en el cual un hombre de 33 años se aprovechaba del consumo problemático de una adolescente.

Este es un hecho que no es fácil de contar pero que es importante conocer porque desgraciadamente es un caso de tantos que tiene que ver con un crecimiento del consumo problemático y a las sombras que arrastra a sus consumidores.

En el día de ayer el 911 recibió un llamado telefónico de que en calle Cervantes al 1100, una mujer de 44 años se encontraba buscando a su hija menor de edad de 16 años en la vivienda de un hombre de 33 años.

En el lugar relató porque estaba sumamente preocupada. Su hija hace por lo menos un mes y medio que tiene un relación tóxica con un hombre mucho mayor que ella y desde el sábado no volvía a su casa.

El primer episodio llamativo fue hace un poco más de 15 días cuando su hija se fuera un fin de semana completo. Salió un viernes y el domingo, luego de que la mamá insistiera volvió a su casa con la familia después de exigir que le manden un remis a Cervantes al 1100 para que la pasen a buscar.

Las alarmas se encendieron ese mismo día cuando llegó a su casa. Marcas de quemaduras de cigarrillo, moretones, la cara demacrada y fisicamente más delgada marcaron el radical cambio de apariencia de la jovencita. Su mamá le preguntó porque no volvió el viernes y qué le había sucedido: eludió la respuesta y no dio ningún detalle.

La vulnerabilidad ante la adicción

El estado físico preocupó tanto a la mujer que llevó a su hija al médico para que sea revisada. ¿Cuál era su problema?, el mismo de siempre y el que afecta a cientos de personas de todas las edades, la maldita droga. La menor se quebró y confesó que hace un mes que consume cocaína.

La familia hizo lo posible para contenerla. Pasó varios días sin salir a ningún lado y venía mejorando su aspecto físico. Sin embargo, la tentación es permanente. El sábado pasado se escapó de su domicilio.

Para saber a dónde se había escapado la madre revisó las redes sociales de su hija y notó que la contraseñas habían cambiado. Ella monitoreaba permanentemente lo que hacía su hija y había chequeado con anterioridad con quién se mandaba mensaje y aparecía Daniel F. quién le decía: “Viste que preferís a tus amigas y a tu mamá que esta conmigo, vení a verme porque sino sabes que me enojo y me voy de mambo”.

Aprovechándose de la diferencia de edad y del consumo problemático de la joven la mamá también comprobó, a través de los mensajes, que su hija mantenía relaciones sexuales con este hombre 17 años mayor que ella.

Retomando, el sábado, la menor de edad escapó de su vivienda luego de estar varios días sin salir, y ¿dónde terminó? era lunes (21 de marzo) y no había novedad. La mamá no tuvo dudas, fue a la casa de calle Cervantes al 1100 a buscar a su hija.

Acorralados por la familia y la policía, la menor de edad quiso saltar el tapial para darse a la fuga sin suerte. Atrás salía Daniel F, de 33 años, que inmediatamente fue llevado a la comisaría porque los familiares de la víctima comenzaron agredirlo.

Allanamiento y detención

De todo lo sucedido fue avisada la fiscal de turno, la Dra Gabriela Lema, que inmediatamente ordenó que Daniel F. quede en calidad de detenido comunicado.

Asimismo indicó que se haga un allanamiento en el domicilio de este hombre que fue comandado por el jefe de la Unidad Regional V, Víctor Rivero, y llevado a cabo por personal de Trata de Personas y Cuerpo Guardia de Infantería. Los resultados fueron negativos porque no pudieron hallar equipos electrónico o de almacenamiento.

Uno más de muchos

Una adolescente esclava de la cocaína la deja completamente vulnerable y la lleva a la oscura vida de la manipulación, abuso de poder, violencia sexual y física.

Lamentablemente es otro caso más que hay que contar de una sociedad que ve a muchos jóvenes refugiarse o “divertirse” con el consumo de estupefacientes y en donde las personas mayores aprovechan esta debilidad.

Parece algo obvio, pero es necesario volver a decirlo, la droga es mala y trae consecuencias en todos los planos, sobre todo en lo social y en la seguridad. Hay que volver hacer hincapié fuertemente en la prevención en esta época que drogarse está de moda y hasta se normaliza el consumo.