Se trata de Osvaldo Iommi, uno de los pasajeros que viajaban en la aeronave, amigo de Gustavo Degliantoni, el empresario ramallense que murió en el Paraná.
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Gustavo Degliantoni, el empresario de 71 años que murió el domingo al estrellarse el helicóptero que conducía en el río Paraná, a la altura de Ramallo, viajaba junto a cuatro amigos, con quienes estuvo almorzando el domingo al mediodía en un parador de la zona de El Embudo, en las islas frente a Rosario. Casi veinticuatro horas después del accidente, uno de los sobrevivientes contó cómo sucedió la tragedia.
Después de almorzar, los cinco amigos emprendieron el regreso a su ciudad natal, Ramallo, pero no llegaron a destino. Por razones que se tratan de establecer, el helicóptero se precipitó al agua, a la altura de la desembocadura del arroyo Las Hermanas, a unos 300 metros de donde el empresario tenía desde hace algunos años una guardería náutica. Una de las hipótesis más fuertes a esta altura es que el piloto sufrió un paro cardiorrespiratorio.
Sus cuatro amigos (Rubén Calderón, de 76 años; Rubén Ojeda, de 63; Osvaldo Iommi, de 70, y Julio César Puchet, de 59) alcanzaron a salir a flote desde dentro de la aeronave y fueron socorridos inmediatamente por las lanchas y las motos de agua que había en ese momento en el río, pero el piloto quedó atascado con el cinturón de seguridad y no pudo ser rescatado a tiempo.
Unos minutos antes, el helicóptero rojo había sido visto por Rosario volando muy bajo cerca del puente Rosario-Victoria, sobre las embarcaciones que en ese momento estaban en el río, con el consiguiente peligro que eso conlleva.
El piloto, de 71 años, era empresario y dueño de la petrolera Degab, ubicada en Ramallo. En su web precisan que la firma se dedica al retiro, transporte, tratamiento y disposición final de residuos líquidos especiales y peligrosos, fundamentalmente aquellos que contienen hidrocarburos. También era propietario de la guardería náutica más grande de la ciudad.
Veinticuatro horas del siniestro, uno de sus amigos entrañables, Osvaldo Iommi —quien venía de copiloto—, contó lo sucedido durante la tarde fatídica de este domingo.
"Nos habíamos juntado a almorzar, como tantas otras veces, y habíamos salido como una tarde más. Incluso estuvimos festejando porque había venido un amigo de Canadá", relató Osvaldo, con las manos todavía hinchadas luego de forcejear para desabrocharse e cinturón de seguridad cuando la aeronave se hundía.
"Venía todo bien, y pasó lo que pasó. Fueron segundos. Nosotros alcanzamos a salir, pero Gustavo quedó enganchado y no sabemos que pasó", sostuvo, conmovido por la situación que le tocó vivir.
Consultado sobre lo que había pasado, comentó: "No vi nada, yo justo agaché la cabeza para agarrar el celular y cuando la levanté vi que el agua salpicaba el frente del helicóptero. Se dio la vuelta y nos hundimos. Cuando nos hundimos me desabroché el cinturón, salí, golpeé la puerta o no sé como hice para salir", argumentó quien es uno de los amigos más estrechos del piloto, y acotó: "Los otros amigos que estaban atrás no sé cómo hicieron para salir, porque cuando los vi estaban sin el cinturón. Fui el segundo en flotar y, cuando miré, los vi a los otros muchachos que estaban saliendo".
"Y Gustavo muere lamentablemente. Y ya está", amplió con resignación.
Y agregó: "¿Que pasó? No sé. La Justicia y los peritos determinarán que pasó, yo vi que nos hundimos y nada más".
Destacó además la asistencia de los chicos que estaban con las lanchas y las motos de agua, que "al segundo estaban ahí para ayudarnos".
Respecto al motivo por el cual la nave iba volando bajo, comentó: "No sé cuál es el motivo por el que venía volando tan bajo. Tal vez porque porque estábamos volviendo y faltaba poco, porque querían ver el partido de River. Pero no sé el motivo, hicimos una recorrida en una isla que tienen ellos y saludamos a unos amigos que tienen en una quinta y ya volvíamos y pasó esto. Fueron décimas de segundos, fue todo muy rápido".
Osvaldo, quien destacó ser "amigo de la vida" de Gustavo, con quien pasaron "de todo, cosas buenas, lindas. Nos hemos divertido, nunca un drama". Y comentó que era un piloto "muy experimentado".
También dijo que se juntaban habitualmente para tomar un café o salir a cenar, porque estaban solos, aunque reconoció que no era frecuente que compartieran viajes en helicóptero.
"Todavía no nos ha caído la ficha, vamos a ver cómo seguimos", resaltó en diálogo con Telefe Rosario.
Sobre si el piloto en algún momento manifestó sentirse mal, lo descartó de plano: "No, para nada, veníamos bien, riéndonos, inclusive pasamos por varios lugares a saludar a amigos".
Respecto del vuelo rasante que había hecho por sobre el Rosario-Victoria y la zona de islas, que incluso fue calificado por expertos como temerario, comentó que él en ese momento no estaba en la aeronave porque "había llevado a las mozas a dar una vuelta, porque se lo habían pedido", y ahí fue cuando, al parecer, pasó cerca del puente y muy cerca de la embarcaciones.
Fuentes: La Capital.
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