Un adolescente quedó inconsciente por exceso de alcohol y tuvo que ser trasladado de urgencia al Cullen

Durante la madrugada del jueves, a las 5.21, un llamado al 911 activó un operativo sanitario en la zona de las letras corpóreas de la Costanera santafesina, donde un grupo de jóvenes había estado ingiriendo bebidas alcohólicas. Uno de ellos, un chico de 17 años, comenzó a descompensarse y a tener serias dificultades para respirar.

Según el reporte inicial, el muchacho “se estaba quedando inconsciente” y sus amigos, alarmados, pidieron ayuda urgente.

Mientras la central derivaba el caso al SIES 107, personal policial llegó rápidamente al sector. Minutos después arribó la ambulancia, bajo responsabilidad del enfermero y un médico, quien evaluó al menor y dispuso el traslado inmediato al hospital José María Cullen.

La víctima, de 17 años, presentaba un cuadro compatible con intoxicación aguda por ingesta excesiva de alcohol.

"Estábamos tomando y empezó a no reaccionar"

En el lugar permaneció uno de sus compañeros, Lautaro, de 19 años, quien explicó que habían estado “tomando bebidas alcohólicas junto con otros amigos” cuando, de repente, "comenzó a mostrar problemas respiratorios y perdió fuerza en las piernas".

El amigo detalló que lograron comunicarse con el padre del menor para advertirle que una ambulancia lo trasladaba al Cullen debido a la gravedad del cuadro.

Un problema que se agrava

El episodio vuelve a encender alarmas sobre un fenómeno que se repite cada fin de semana en espacios públicos de la ciudad: menores que acceden de manera fácil y descontrolada al alcohol. Los servicios de emergencias reciben cada vez más llamados relacionados con intoxicaciones, pérdidas de conciencia y conductas de riesgo.

En Santa Fe, distintos equipos sanitarios vienen advirtiendo que la edad de inicio en el consumo descendió de manera preocupante, ubicándose incluso entre los 12 y 13 años. El patrón es claro: grandes cantidades, en poco tiempo y sin medir consecuencias.

La intervención temprana de la policía y el SIES evitó que este nuevo caso terminara en tragedia. Sin embargo, especialistas en salud insisten en que la prevención debe comenzar mucho antes, abordando a las familias, reforzando los controles y fomentando actividades recreativas que no giren alrededor del alcohol.

A este panorama se suma otro dato preocupante: los fines de semana largos y las reuniones espontáneas en la Costanera suelen multiplicar los casos de intoxicación, lo que recarga el trabajo de ambulancias y guardias hospitalarias.

Profesionales del Cullen advierten que muchos adolescentes llegan sin haber cenado, lo que potencia los efectos del alcohol y acelera la aparición de síntomas graves como desmayos, vómitos y cuadros respiratorios, tal como ocurrió en este último episodio.

EL