Un padre y su hija fueron detenidos en noviembre a raíz de una causa que se tramita en la Justicia federal de Reconquista y que alcanza, además, a dos policías de San Javier como parte de una trama narco.

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La Justicia federal de Reconquista procesó recientemente a un padre y a su hija por haber montado una cocina o centro de estiramiento de cocaína en un lavadero del barrio Mayoraz de la ciudad de Santa Fe que luego era proveída a dos policías de la ciudad de San Javier, quienes además distribuían el polvo blanco en el barrio Pizarro de la localidad costera.

La resolución judicial, que lleva la firma del juez Aldo Alurralde, alcanza a Rafael Alejandro “Ale” Soda y su hija Brisa Ayelén Soda, los cuales fueron detenidos el 29 de noviembre pasado tras 16 allanamientos ejecutados por investigadores del Departamento Regional de Investigación Criminal sobre el Narcotráfico N° III en la región.

Ambos fueron procesados como presuntos autores de “producción, fabricación, extracción o preparación de estupefacientes en concurso con comercialización de estupefacientes y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”, todo agravado por la participación de tres o más personas organizadas para cometerlo. El juez dispuso que permanezcan detenidos con prisión preventiva hasta que por lo menos el fallo quede firme, en caso de ser apelado, en la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia, Chaco.

El fallo judicial, también procesó a los agentes policiales, Javier Orlando Nardoni y Matías Germán Hernández, por comercialización de estupefacientes en concurso real con tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, ambas figuras doblemente agravadas por la participación de tres o más personas organizadas para cometerlo y por haber sido cometido por un funcionario público encargado de la prevención o persecución de delitos como el que se le atribuye. Es que, según reveló la causa, tanto Nardoni como Hernández se habrían abastecido de la cocaína que manipulaban los Soda en el lavadero de barrio Mayoraz y luego la distribuían en deliverys de la localidad costera.

Por la investigación también fueron procesados con prisión preventiva, Roque Antonio Cabanqui (expolicía), Daniel Hugo Díaz, Cristian Germán Barrios y Walter Omar Quiroga, imputados de haber comercializado drogas y con la participación organizada de tres o más personas, según determinó la resolución judicial.

La investigación judicial contra los Soda y el resto de la red narco salió a la luz luego de los 16 allanamientos que ejecutaron los investigadores del área de drogas en Santa Fe, San Javier y Rosario, entre los cuales se encontraron las dependencias policiales en donde prestaban servicios los agentes Hernández y Nardoni.

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En el caso de la capital provincial, los detectives irrumpieron en el “Lavadero Cassanello” ubicado en Ángel Cassanello al 2500 ante la sospecha de que allí se manipulaba parte de la cocaína que se distribuía en San Javier. Al ingresar al establecimiento, los investigadores agotaron sus dudas al encontrar todo el kit narco para cocinar o estirar el material estupefaciente: una caja con inscripción “lidocaína”; dos bidones que tenían un líquido transparente tipo solvente; doce potes de plástico de creatina vacíos; más de medio kilo de polvo blanco; un horno eléctrico; una licuadora y hasta una prensa hidráulica, fueron los elementos hallados durante el allanamiento. En tanto, encontraron dentro de una casilla rodante un total de 2,4 kilogramos de cocaína de máxima pureza.

El procedimiento tuvo la particularidad de que el encargado del lugar, B.A., pareja de Brisa Soda y yerno de Soda padre, no se encontraba en el lugar. El mismo, hasta el día de la fecha, se encuentra prófugo de la Justicia federal de Reconquista.

Por el caso también fue allanado un complejo de cabañas de Colonia Francesa, ubicada pocos kilómetros de San Javier y en donde residía Walter Quiroga, al cual los investigadores le secuestraron unos pocos gramos de cocaína (4,7 en total), elementos de corte, un arma de fuego y dinero en efectivo.

En el caso de Nardoni y Hernández, los investigadores los allanaron en sus casas de San Javier el 29 de noviembre. En el caso del primero, los agentes antinarcóticos hallaron que tenía en su domicilio 41,8 gramos de cocaína, una balanza de precisión, cuatro paquetes de pastillas y 300 gramos de creatina, que se presume pudo ser utilizado para el estiramiento. Mientras que en el caso de Hernández, le secuestraron unas semillas de marihuana, celulares y otros elementos relevantes para la investigación.

Si bien no le encontraron grandes cantidades de cocaína en sus casas, ambos policías quedaron igualmente comprometidos con la causa judicial a partir de una serie de escuchas interceptadas que deschavaron a los otros involucrados en el caso, incluidos los Soda, a quienes los investigadores siguieron sus pasos en distintas tareas de inteligencia desplegadas en Santa Fe.

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