"Está más podrida que mi abuela": las escuchas a un imputado por la venta de carne en mal estado
Las intervenciones telefónicas en el marco de la investigación por el caso de la "carne con sulfito" revelaron sorprendentes conversaciones entre los imputados sobre cómo compraban los animales en mal estado y adulteraban la carne con sustancias químicas.
La Justicia Federal resolvió en las últimas horas el procesamiento de cinco de las nueve personas que fueron imputadas en mayo pasado en la llamada causa de la “carne podrida” o “carne con sulfito”, la cual era comercializada en comercios de San Francisco y Frontera. El procesamiento fue decidido por el Juzgado Federal de San Francisco, a cargo actualmente de Roque Rebak, juez federal de Villa María.
Según se desprende de la investigación judicial, el circuito de la carne adulterada comenzaba en la compra de ganados enfermos o en ocasiones muertos en proceso de descomposición por parte de Besuzzo, que provendrían de campos cercanos a la localidad de Colonia San Pedro, en el departamento San Justo, Córdoba. La venta, supuestamente, era para alimentar cerdos en un criadero de la zona, ya que no podrían utilizarse para consumo humano.
Una vez que se realizaba la faena, se seleccionaba parte del animal y se lo limpiaba con productos químicos para enmascarar su mal aspecto. Luego se los embolsaba y se los acondicionaba en un frigorífico que se encontraría en un galpón donde se presume que anteriormente funcionaba una cremería, para luego ser trasladado en camionetas hasta la localidad de Frontera.
Escuchas telefónicas, videos y seguimientos
Según se incluye en la causa, en uno de los videos hallados más comprometedores hacia uno de los imputados llama la atención la manera en que se refería a la carne a la que, a sabiendas de su mal estado, luego pondría a la venta en el marco de la presunta asociación delictiva. "Mirá papi, vos querías comer esto. Está más podrida que mi abuela, jeje. Bah, o sea, podrida no pero está toda así morada la carne… Así que le pusimos líquidos, todo. Para comer no servía, los lomos pueden servir nomás”, dice uno de los imputados, en cuya carnicería se secuestró sulfito de sodio, utilizado para adulterar la carne.
Otra de las conversaciones entre dos imputados no dejan lugar a dudas de que la carne se procesaba con sustancias químicas para disimular su mal estado. Al referirse presumiblemente a una partida de carne que habían obtenido días atrás de animales en mal estado, uno de los imputados dice: "Yo estoy mezclando y lavando esto. No está muy bueno, ¿viste? Lo estoy limpiando y lavando".
"No, esto está bueno, está para laburarlo", le responde el otro, quien se encontraba a cargo de la faena de otro animal.
Hay que agregar que el informe de los peritos que intervinieron en la etapa de instrucción de la causa se manifiesta que generalmente el agregado de sulfito y bisulfito de sodio es uno de los fraudes más frecuentes, y que estas sustancias no mejoran la conservación de los productos cárnicos sino que solamente enmascaran el color de la carne putrefacta manteniéndola roja, evitando que cambie de color al oxidarse pero que además estropea sus propiedades nutritivas al eliminar la tiamina, una vitamina. También se afirmó que al ingerirse estas sustancias, con el ácido clorhídrico del estómago se forma un anillo sulfuroso que resulta muy tóxico.
Con información de El Periódico.
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