“Picho” se refirió por primera vez al incidente provocado por su expareja, que cumple con prisión domiciliaria tras frustrar un vuelo de Aerolíneas Argentinas a Miami el 21 de mayo. “Nunca hice nada para que mi vida se volviera pública.
Su apodo comenzó a circular en los medios hace tres semanas, cuando se destapó un escándalo que, involuntariamente, lo involucraba. Patricio H. -más conocido como “Picho”- trabaja como auxiliar en Aerolíneas Argentinas y es el exnovio de la azafata Daniela Carbone (47), detenida tras la amenaza de bomba en un vuelo a punto de despegar desde el Aeropuerto de Ezeiza.
“Te pido disculpas, pero no voy a hablar”, advierte “Picho” ante el contacto de TN. Dice estar “angustiado y molesto”. La semana posterior al incidente cumplió 40 años, pero no tuvo el festejo que hubiese querido.
“Nunca hice nada para que mi vida se volviera pública”
“No soy más que una víctima acá. Quiero que se deje de hablar de mí, porque nunca hice nada para que mi vida se volviera pública”, remarca, y desmiente haber iniciado una relación con otra compañera, como se especuló en un principio ante las motivaciones que llevaron -según la investigación- a Carbone a concretar un plan para frustrar el vuelo AR1304, con destino a Miami, aquel 21 de mayo. “Picho” formaba parte de la tripulación.
Patricio H. retomó sus tareas en Aerolíneas luego de unos días de licencia. Alguien que lo conoce cuenta que hace unos 15 años forma parte de la empresa, y que allí es valorado por su compromiso y perfil bajo.
Poco se sabe sobre él. Por ejemplo, que es soltero, que no tiene hijos, que le gusta su trabajo y que el golf es una de sus aficiones. La información disponible en buscadores de Internet revela un pasado como bajista y corista en una banda de rock y pop. Y no mucho más.
El miércoles pasado, “Picho” declaró como testigo en la causa. Entre otros detalles, confirmó que hacía dos meses se había separado de Carbone, con quien había mantenido una relación que duró cinco años. Contó también que no había tenido contacto con la azafata el día del vuelo ni los anteriores. Y que si bien había vivido otros episodios con amenazas de bomba de por medio, nunca imaginó que su ex podría estar detrás de algo semejante.
La ruptura de una relación, el móvil detrás de la amenaza de bomba que frustró un vuelo de Aerolíneas Argentinas
“Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos”, dice una voz distorsionada en el audio que le llegó a uno de los tripulantes y que los investigadores atribuyeron a Carbone. Cuando se conoció aquel mensaje, todavía no estaba instalado el móvil sentimental que se mantiene hoy como hipótesis central de lo ocurrido.
Una versión inicial, surgida horas después del frustrado vuelo, lo vinculó con una amenaza al capitán del Airbus 330, Diego Pérez Bariggi, rival del kirchnerista Pablo Biró en las recientes elecciones de APLA, el gremio de los pilotos.
Se cree que Carbone, además de colocar un filtro de voz y enviar el audio desde el celular de su hija, Candelaria Olivera, lo dirigió Pérez Bariggi para confundir la investigación. Los detectives concluyeron que el verdadero motivo tenía que ver con la ruptura de su relación con “Picho”.
La azafata fue despedida y procesada con prisión preventiva
El lunes, cuando todavía estaba detenida e incomunicada en un calabozo de 2x2 de la Policía de Seguridad Aeronáutica en Ezeiza, Carbone se enteró de su despido de la empresa en la que trabajó durante casi 25 años, catorce de ellos como instructora de vuelo. El llamado con la falsa bomba obligó a reprogramar el vuelo y provocó un costo de más de 1,2 millón de dólares a Aerolíneas Argentinas.
Al día siguiente, la mujer fue procesada con prisión preventiva, le suspendieron su matrícula profesional y le dictaron un embargo por 400 millones pesos. La medida fue dispuesta por el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, que además sobreseyó a la hija de Carbone.
“Mi defendida no va a hacer comentarios”, respondió Agustín Esnal, abogado de la azafata, ante la consulta de TN. Carbone cumple la prisión en su casa y en las últimas horas tuvo actividad en redes sociales: publicó una foto donde se la ve sonriente y abrazada a su gato. “Esto tambien pasará. Nadie está exento en la vida. Y todos sabemos quién es quién”, dijo en respuesta a uno de los mensajes.
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