La muerte de Fernando "Lechuga" Pérez Algaba no es un asesinato común, sino que expone como nunca la trama de negocios turbios, un submundo con reglas propias y un mensaje mafioso con varios destinatarios.

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El macabro asesinato del empresario Fernando Pérez Algaba expone el costado más oscuro de un país que, en forma cíclica, posa la mirada en hechos con ribetes mafiosos. Son esos casos que ponen a la sociedad frente a varios interrogantes alrededor de hecho policial truculento.

¿Cómo se planeó este crimen? ¿Dónde fue interceptado el empresario? ¿Qué tipo de mensaje quisieron enviar al descartar el cuerpo desmembrado en una valija en Ingeniero Budge? ¿Quién sería el destinatario?

En las últimas horas se conocieron los detalles de la autopsia realizada a los restos encontrados.

El informe, al que tuvo acceso A24.com, determinó que Pérez Algaba recibió dos balazos por la espalda disparados a distancia, y que una vez fallecido fue descuartizado.

Durante la tarea pericial, se extrajeron muestras debajo de las uñas de la víctima. Este tipo de búsquedas suelen apuntar al material genético de algún agresor. Claro que primero deberán detener a alguien para, luego, poder cotejar el ADN.

El procedimiento médico – legal fue realizado por los forenses de la Morgue del Departamento Judicial de Lomas de Zamora a pedido del fiscal Marcelo Domínguez.

Pérez Algaba sufrió un impacto de bala en la región derecha de la espalda, que le afectó el pulmón derecho, el hemidiafragma derecho y el hígado, saliendo por región anterior derecha de tórax. Además, ese disparo no dejó "tatuaje, quemadura ni ahumamiento en el orificio de entrada" por lo cual se puede afirmar que se realizó a distancia.

El cuerpo también presentaba una segunda herida en la espalda del lado izquierdo, que le afectó el pulmón izquierdo y salió por la zona izquierda del tórax.

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"Las lesiones ocasionadas por el paso de los proyectiles presentaron características de vitalidad, es decir, producidas en vida, causando una hemorragia aguda que evolucionó con un shock hipovolémico y consecuente muerte", indica el informe pericial.

Por otro lado, la camioneta en la que Pérez Algaba se movió en los últimos días antes de ser asesinado, fue entregada a la Policía por un supuesto socio de la víctima. También será sometida a peritajes para buscar indicios que permitan saber si tiene rastros de sus homicidas.

El empresario tenía en su teléfono móvil más de 200 mensajes amenazantes, audios de conversaciones que había mantenido con personas a las que le debía dinero como también información sobre su situación financiera.

“Nadie asesina a su deudor, porque automáticamente quién lo hace deja de tener chances de cobrar”, le explicó uno de los investigadores.

Por eso, la principal hipótesis que maneja la fiscalía es que el crimen de Pérez Algaba es un mensaje mafioso enviado por alguien hacia un circuito de personajes oscuros que se dedican a manejar activos provenientes de diferentes ilícitos.

El caso está abierto. La investigación, inconclusa. A24