Taller Textil, un emprendimiento que sigue creciendo: “Decidí perfeccionar lo que hacía”
Lorena Russo, que está a cargo del taller, ofrece capacitaciones para enseñar el oficio de costurera y realiza arreglos a pedido.
El Taller Textil Lorena Russo es un espacio en la ciudad de Rafaela que ofrece clases de costura básica desde cero, confección de prendas, arreglos de ropa, cambios de cierre, decoraciones y manualidades. Está cumpliendo 6 años en actividad con una clara misión: colaborar en la independencia de las mujeres.
Lorena Russo, a cargo del taller, pasó por los estudios de Radio Rafaela y contó algunos detalles de sus inicios. Aunque el primer trabajo a pedido que realizó fue un arreglo solicitado por una vecina, para remontarse a los inicios debe viajar en el tiempo al momento en que empezó a coser. “Seguramente fue algún pedazo de tela que le robé a mi mamá, sacándole de punto la máquina”, relató divertida.
Fue justamente su madre quien se volvió un ejemplo para ella en materia de costura. Cuando vivían en el campo, era su mamá quien se encargaba de hacer los arreglos a la ropa de trabajo. “Hacía algún vestidito para mí y yo estaba siempre ahí metida, hasta que empecé a decirle que yo quería aprender. Tenía entre seis y siete años”, recordó.
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Así fue como empezó a sentarse frente a la máquina, bajo la supervisión e instrucción de su mamá. Con muchos errores en el medio, como ocurre siempre en el camino del aprendizaje, Lorena fue haciendo sus primeros pasitos.
“Ya a los 12 años agarraba ropa vieja que nos donaban para el campo, la desarmaba y hacía vestiditos o jumpers. A los 16 me hice mi primer vestido para ir al boliche”, rememoró. Esta última prenda la confeccionó pensando en un concurso que se iba a desarrollar esa noche, en donde elegirían reina.
Con el paso de los años, se fue alejando de la costura para realizar otros trabajos. Al menos, así fue hasta que regresó a la ciudad de Rafaela. “Cuando vuelvo, hace ya nueve años, no conseguía trabajo y tenía que hacer algo. Decidí mejorar, perfeccionar cosas, ir a hacer cursos en moldería, de marroquinería, de manejo de máquinas industriales, tratando de perfeccionar lo que hacía”.
Ese camino la llevó a abrir su propio taller, que cumple 6 años de antigüedad, con sus altos y bajos. “Hoy estoy trabajando sola. En algún momento incorporé gente y estuvimos trabajando en equipo, pero después tuvimos un bajón de trabajo y volví a estar sola. La idea fue siempre no darme por vencida, si llegué hasta acá tiene que seguir”, sostuvo.
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