Más de 600 trabajadores afectados por suspensiones en fábricas de electrodomésticos
Electrolux en Rosario y Mabe en Córdoba aplican medidas de emergencia frente a la caída de ventas y el avance de las importaciones. Hay recorte de tareas, retiros voluntarios y reorganización operativa.
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La crisis industrial golpea con fuerza al sector de electrodomésticos en el país. Dos de las principales firmas del rubro, Electrolux y Mabe, implementaron suspensiones y reorganizaciones laborales que afectan a más de 600 operarios en las provincias de Santa Fe y Córdoba.
En Rosario, Electrolux prorrogó hasta el 31 de diciembre un esquema de suspensiones rotativas que alcanza a 400 trabajadores. La decisión se tomó en acuerdo con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), con el objetivo de evitar despidos ante la abrupta caída en las ventas y el freno de la producción.
Desde el gremio indicaron que la planta, dedicada a la línea blanca, opera con actividad mínima desde mitad de año. El convenio prevé una reducción salarial, aunque los vínculos laborales permanecen vigentes. “La decisión es sostener el empleo mientras dure la crisis”, señalaron fuentes sindicales.
Reestructuración en Córdoba
En la provincia de Córdoba, la empresa Mabe comunicó el 31 de octubre una reestructuración operativa que impacta sobre más de 200 empleados. El plan incluye concentrar la producción en la planta de Luque, donde se fabrican lavarropas, secarropas y cocinas, mientras que el establecimiento de Río Segundo pasará a funcionar como centro de servicios, control de calidad y almacenamiento.
La planta de San Luis, dedicada a heladeras, continuará en funcionamiento, aunque con una utilización del 60% de su capacidad. La firma señaló que el ajuste busca “preservar las cadenas de valor locales” frente al avance de las importaciones a precios bajos.
El gerente de Relaciones Institucionales, Alejandro Iglesias, explicó que las dos plantas cordobesas estaban trabajando al 50% de su capacidad, lo que motivó la reconfiguración para “ganar eficiencia y reducir gastos logísticos”.
Retiros voluntarios y relocalizaciones
En Río Segundo, 30 empleados aceptaron retiros voluntarios con compensaciones superiores a la indemnización legal. Al resto se les ofreció la relocalización en Luque, con traslado a cargo de la empresa. Para quienes no deseen trasladarse, se propuso un acuerdo del 110% de indemnización.
Iglesias reconoció que la creciente competencia externa obligó a buscar soluciones para sostener la producción nacional. “El mercado está completamente desbalanceado. Estamos haciendo todo lo posible para acercarnos a esos valores y depender menos de las compras externas”, afirmó.
La situación en ambas compañías refleja el impacto de la caída del consumo interno, el encarecimiento de costos y el avance de la importación de productos terminados, que obligan a las industrias nacionales a reconfigurar su mapa operativo y ajustar su plantilla laboral.
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