Una santafesina creó el rogel más famoso del país gracias un “regalo accidental” y hoy en día ya cuenta con múltiples franquicias desparramadas a lo largo y ancho de argentina. Una de las tantas sucursales está en Rafaela.

En entrevista con Radio Rafaela, Virginia Ayuste, franquiciada de “Los Rógeles de Marcela”, compartió detalles sobre cómo este postre, nacido en Venado Tuerto, llegó a conquistar las mesas de Rafaela y otras ciudades del país.

Según explicó, la historia de éxito comenzó durante la pandemia, cuando el Club del Moro recibió uno de estos rogeles como obsequio. "Les gustó tanto que se convirtió en publicidad, y de ahí en adelante se expandió como una cadena. Está en Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Paraná, Santa Fe y ahora acá en Rafaela", relató.

¿Cómo llega todo a Rafaela?

Virginia recordó cómo descubrió el famoso rogel y decidió traerlo a Rafaela. "No es una ruta fácil la que tenemos con Venado Tuerto, así que encargué uno en Rosario y lo probamos. Nos dimos cuenta de que era algo totalmente distinto, y dijimos: ¿por qué no averiguar para traerlos acá? Es otra cosa", contó.

Además, destacó que toda la producción se hace en Venado Tuerto, a unos 350 kilómetros de Rafaela. Pero que la distancia nunca fue un impedimento para trabajar codo a codo con la sucursal madre.

El postre destaca por su particular estilo. "El nombre siempre hace referencia a Marcela, porque no es el típico rogel gigante. Es muy finito, con capas muy delgadas de dulce de leche y masa. Es su versión del postre, y es espectacular", dijo.

Y en la charla con Radio Rafaela, Virgina no pasó por alto un aspecto sumamente curioso sobre su conservación: "Se guarda en el freezer y se conserva hasta seis meses, aunque nadie lo pudo comprobar porque nadie llega a guardarlo tanto tiempo”, sostuvo.

La rafaelina también destacó la variedad de tamaños y presentaciones. "El postre grande tiene 32 centímetros de diámetro, pesa tres kilos y rinde hasta 40 porciones. Después está el medio y el cuarto, siempre adaptados al tamaño de la porción. Es ideal para eventos grandes, cumpleaños en empresas y reuniones familiares. Si sobra, vuelve al freezer y siempre está listo para cortar y comer un pedazo".

El éxito del rogel de Marcela también se refleja en su popularidad boca a boca. "Al principio era el comentario: 'Lo probé en casa de mi hermana, así que les escribí para pedirlo', y ahora es una cadena continua. De cada venta surge un cliente nuevo, y eso es lo que más nos gusta".

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