Estela de Carlotto, crítica contra Milei: “Este hombre no es un presidente, es un monstruo”
Advirtió que la Argentina vive “una democracia sucia”, marcada por la desigualdad, la impunidad y el miedo.
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La referente de derechos humanos Estela de Carlotto acusó al presidente Javier Milei de cometer “delitos que no se castigan”.
En una declaración contundente, Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo y reconocida luchadora por los derechos humanos, expresó: “Este hombre, que yo no considero un presidente, sino un monstruo, porque con tranquilidad comete delitos que no se castigan y está destruyendo nuestro país en lo moral y económico”.
Durante una entrevista en radio, Carlotto denunció que en la Argentina se vive una democracia deteriorada: “Tenemos democracia, pero estamos peleados porque esta es una democracia sucia, donde vale todo, la plata se gira donde quieren ‘los privilegiados’ y el pueblo está empobrecido”.
La activista de 94 años hizo además alusión a la reelección de Milei en las recientes elecciones legislativas: “El presidente fue elegido por segunda vez: hay algo que anda mal”, sostuvo. Agregó que una parte importante de la sociedad está paralizada por el miedo: “Aunque un gobierno sea votado, el miedo borra la palabra democracia”.
En su análisis, Carlotto trazó un paralelo con épocas oscuras de la historia argentina: “Vemos a los jubilados, cómo los golpean”, en clara alusión a las protestas y represión social frente a reformas previsionales impulsadas por el Gobierno. Para ella, lo que sucede hoy en el país no difiere fundamentalmente del lastre que dejó la dictadura, en términos de impunidad y desprotección del pueblo.
Las declaraciones de Estela de Carlotto no solo representan una crítica severa al Gobierno, sino también un llamado de atención sobre la fragilidad institucional que, en su visión, atraviesa la Argentina. Si bien su voz se levanta desde el activismo por los derechos humanos, el mensaje se dirige al conjunto de la sociedad: advirtió que la democracia —aunque nominalmente existente— corre el riesgo de convertirse en una fachada vacía si prevalecen la impunidad, la desigualdad y el miedo.

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