La Secretaría de Comercio obligará a los negocios a poner sus posnet a disposición de los clientes para que siempre tengan el control de sus tarjetas de crédito o débito; volverán a impulsar el régimen de transparencia que detallará la carga impositiva en los tickets, y reorientarán los controles hacia la exhibición de precios y la publicidad engañosa, entre otros ítems.
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La Secretaría de Comercio prepara una resolución que obligará a todos los negocios a poner sus posnet (las máquinas por las que pasan las tarjetas de crédito y débito) a disposición de sus clientes para que el consumidor no se desprenda en ningún momento del plástico, de manera de evitar posibles fraudes. En el caso de un restaurante, por ejemplo, el mozo deberá cobrarle al cliente en su mesa y, en otro tipo de comercio, la carga de la operación la hará quien atienda, pero deberá extender el posnet al consumidor a la hora de pasar la tarjeta. Es una de las normas con las que la “nueva” Secretaría de Comercio busca despegarse de la era kirchnerista y que contemplará un plazo de adecuación de 180 días.
Otras medidas que impulsa la cartera que conduce Pablo Lavigne son el lanzamiento de un sistema de protección a los consumos turísticos y el régimen de transparencia fiscal del consumidor, que obligará a discriminar la carga tributaria de todos los productos en el ticket de compra, iniciativa que contemplaba la fallida ley ómnibus y que ahora se buscará reflotar mediante un proyecto de ley.
También, tras derogar el cuerpo central de regulaciones que el gobierno anterior había establecido para controlar precios o presionar a las empresas en las negociaciones de los acuerdos, la ley de góndolas, de abastecimiento, el Observatorio de Precios y distintos regímenes de información, la Secretaría avanza en el desmantelamiento de otras normas menores, como la de los avisos legales en los anuncios publicitarios.
Fuentes oficiales afirman que todas estas iniciativas son parte de un período de transición hacia un nuevo esquema en el que buscan recuperar el rol técnico histórico de esa dependencia desde la que Guillermo Moreno y Paula Español, entre otros, construyeron poder mediante controles y acuerdos de precios compulsivos.
Así, por ejemplo, se definió que en la nueva etapa se pondrá el énfasis en la inspección de cinco puntos: exhibición de precios, diferencia entre los precios en góndola y en la línea de cajas de los supermercados; metrología legal (es decir, que no estén alteradas las balanzas con las que se pesan los productos); publicidad engañosa y venta de productos vencidos. La Subsecretaría de Defensa del Consumidor y Lealtad Comercial, que depende de Lavigne y conduce Fernando Blanco Muiño, ya se reunió con sus pares provinciales para coordinar esta política de control a nivel nacional.
En cuanto a las medidas en carpeta, tienen diferentes tiempos de concreción. Está previsto que la primera sea presentada el próximo 15 de marzo, el día mundial de los derechos del consumidor, y en conjunto con la Secretaría de Turismo, a cargo de Daniel Scioli. Se trata de un sistema de resolución rápida de conflictos derivados de consumos turísticos que se propone que cualquier disputa de un turista con una agencia, un hotel, un transfer, un guía, se pueda resolver en un plazo de 24 horas. La otra norma que está próxima a salir es la desaparición de los avisos legales de los anuncios publicitarios, que serán reemplazados por un link o un código QR a una página web en la que figurarán, por ejemplo, las condiciones de promociones y concursos, y otros detalles vinculados con los productos y servicios a los que obliga la ley de defensa del consumidor.
Pero la cruzada mayor, y la que llevará más tiempo, será el impulso al régimen de transparencia fiscal, que les permitirá a los consumidores saber qué impuestos está pagando cuando adquieren un servicio o producto. Es un tema que la Secretaría ya les adelantó a las asociaciones de defensa del consumidor en el marco de una reunión del consejo consultivo que integran estas entidades. La iniciativa era parte de la ley ómnibus y ahora fue retomada por un proyecto del diputado Sergio Capozzi (Pro-Río Negro) que tiene estado parlamentario y que Comercio acompaña. “En un encuentro en el que la discusión se sesgó casi exclusivamente hacia el aumento de las prepagas, nosotros tratamos de explicar que hay que pensar en medidas que beneficien a mucha más gente. A veces los debates se ciñen a problemas que afectan a menos del 10% de la población, como es el caso de la medicina privada”, dijeron a LA NACION en la Secretaría.
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