Insistirá con que hay una trama política detrás del ataque, con instigadores y financistas que nadie investigó; la audiencia es el miércoles en Comodoro Py.
La expresidenta Cristina Kirchner declarará este miércoles en el juicio que se le sigue a Fernando Sabag Montiel, a su novia Brenda Uliarte y a Gabriel Carrizo, acusados de intentar asesinarla el 1° de septiembre de 2022 en la puerta del departamento donde vivía, en el barrio porteño de Recoleta.
Kirchner declarará como testigo ante los jueces Tribunal Oral Federal N° 6, Sabrina Namer, Adrián Grunberg e Ignacio Fornari. Es la única declaración prevista ese día
Sabag Montiel ya admitió que intentó matar a la expresidenta, su novia se mostró errática en su declaración y Carrizo negó haber tenido alguna participación en el intento de asesinato.
Pero ese no es el asunto central en la declaración de Cristina Kirchner, sino en lo que ella sostiene que no se investigó: la participación de otras personas en el intento de asesinato, una pista que impulsa el kirchnerismo y que lleva a Pro y al diputado Gerardo Milman, a la intervención del grupo libertario fundamentalista Revolución Federal, y las maniobras realizadas con el celular de Sabag Montiel la noche de su arresto, que determinaron que se reseteara y se perdieran datos.
Los aspectos que señala la expresidenta y con los que cargará las tintas sobre la jueza María Eugenia Capuchetti, que instruyó el caso, ya fueron abordados por la Justicia: hay una causa abierta por la manipulación del celular, donde fueron llamados a indagatoria policías federales por la jueza María Servini; sigue abierto un expediente en la fiscalía de Carlos Rívolo sobre las otras pistas, donde pierde fuerza cada día la pista Miman, y el juez federal Sebastián Ramos investiga a Revolución Federal y sus fuentes de financiamiento.
En estas hipótesis está acompañada por la fiscalía a cargo de Gabriela Baigún, que en sus interrogatorios viene abordando estas pistas, y por supuesto por su abogado querellante, que pregunta a los testigos siguiendo estos lineamientos desde que empezó el juicio, el 26 de junio último, en los tribunales federales de Comodoro Py.
Los tres acusados vendían copos de algodón de azúcar en la esquina de Juncal y Uruguay, donde se apostaban durante las vigilias que los militantes realizaban en apoyo a Cristina Kirchner. El atentado fracasó cuando la bala no salió por el cañón de la pistola de Sabag Montiel. Pareciera que no montó el arma ni colocó la bala en la recámara antes de disparar.
La acusación es por tentativa de homicidio doblemente calificado por alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el uso de arma de fuego.
Hasta ahora, el relato de Cristina Kirchner en la causa fue breve. Lo realizó ante la jueza Capuchetti y el fiscal Rívolo al día siguiente del atentado y allí dijo que no se había dado cuenta de lo que había ocurrido hasta que vio la televisión. Tampoco lo vieron sus policías de custodia, que actuaron luego de que un grupo de militantes detuviera al atacante.
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