Restituyeron restos arqueológicos a comunidades originarias de Tucumán: “Es un hecho histórico”
Los vestigios, que incluyen piezas de hasta 2.000 años de antigüedad, fueron recuperados tras permanecer décadas fuera de su territorio.
Luego de un extenso trabajo interprovincial y de gestiones sostenidas, este miércoles se concretó un importante avance en la restitución del patrimonio cultural en la provincia de Santa Fe.
Una valiosa colección de restos arqueológicos fue finalmente devuelta a Tucumán, en un acto que reconoce la preexistencia de los pueblos originarios y su derecho sobre los restos de sus ancestros. Estos elementos, que incluyen los restos de un niño, habían permanecido durante décadas en el Museo Histórico Municipal de Rafaela y, ahora, regresan a su lugar de origen.
“Nunca tendrían que haber salido de su territorio. Esas piezas deben permanecer donde pertenecen. No se puede tomar la atribución de removerlas, y menos aún profanar tumbas”, expresó con firmeza Juan Orellana, miembro de la comunidad de Pueblos Originarios de Awyayala, quien participó de la ceremonia ancestral realizada en honor a este retorno.
Un trabajo coordinado con el Estado
El proceso de restitución se realizó en el marco de la Ley 25.743 de protección del patrimonio arqueológico y paleontológico, una política que busca devolver los restos a sus comunidades.
“Venimos trabajando con mucha dedicación durante el último año para que estos materiales puedan volver a su lugar de procedencia. Es una de las colecciones más importantes restituidas en el país, tanto por su volumen como por su valor histórico y cultural”, explicó Soledad Biasatti, subsecretaria de Identidad y Territorio del Ministerio de Cultura de Santa Fe.
La funcionaria destacó que esta acción es parte de una política cultural impulsada por la ministra Susana Rueda y el subsecretario Luciano Rey, en coordinación con autoridades de Tucumán y con la familia Güez, que acompañó la decisión de donar y restituir la colección.
La memoria de una colección y su nueva etapa
Los elementos restituidos habían sido parte de una colección privada formada a mediados del siglo XX. “Tengo que honrar la memoria de mi abuelo Armin, quien recopiló esta colección con profundo respeto por las culturas originarias”, explicó Carlos Wais, antiguo poseedor de las piezas.
Reconociendo los cambios en la concepción de la arqueología, Wais destacó el valor histórico de los vestigios, que datan del año 0 al 700 de nuestra era. “Hoy podemos valorar estas piezas y reafirmar que los pueblos originarios son preexistentes al Estado y a la invasión europea. Es un testimonio de identidad y memoria histórica”, sostuvo.
Un hito para la arqueología y las comunidades
En tanto, el arqueólogo tucumano Mariano Corabalán resaltó la importancia científica y social de la restitución. “Desde lo arqueológico, estamos recuperando una colección excepcional, con piezas de hasta 2.000 años de antigüedad. Su estudio permitirá conocer mejor a las comunidades que aún viven en el territorio”, indicó.
Para Mariano, este acontecimiento cobra aún mayor relevancia en el contexto social actual de las comunidades indígenas, que enfrentan conflictos territoriales con terratenientes en el norte de Tucumán.
“Estamos muy emocionados. Es un momento histórico para la arqueología, para Tucumán y, sobre todo, para las comunidades originarias, que vuelven a recuperar parte de su historia”, concluyó.
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