Rafaela invita a celebrar con luces, sin estruendos
La Municipalidad refuerza la campaña que prohíbe el uso de pirotecnia sonora e invita a apostar por festejos más conscientes, inclusivos y seguros para personas y animales.
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La municipalidad de Rafaela recuerda a la ciudadanía que la Ordenanza Nº 5081 prohíbe el uso de pirotecnia sonora en Rafaela, debido a los daños que puede provocar en la salud de las personas y en la vida de los animales. En estas fechas festivas, la invitación es clara: celebrar con mayor conciencia, menos desperdicio, más luces y sin ruido.
La campaña es impulsada por el Programa por los Derechos de los Animales (PRADA) y el Instituto para el Desarrollo Sustentable, y busca seguir consolidando el cambio cultural iniciado en 2016, cuando la ciudad fue declarada “Ciudad Libre de Pirotecnia de Efecto Audible No Lumínica”. La normativa prohíbe expresamente el uso de pirotecnia sonora en eventos organizados por el Municipio.
Año tras año, el objetivo es promover celebraciones más amigables y respetuosas, evitando prácticas que generan sufrimiento en grupos vulnerables y afectaciones en animales domésticos y silvestres. La propuesta es vivir las fiestas con empatía, priorizando alternativas luminosas y dejando de lado los estruendos.
Alcances de la normativa
La Ordenanza Nº 5081 prohíbe la tenencia, venta, acopio, exhibición y expendio de bombas de estruendo de una pulgada o más, así como de otros productos de similar o mayor poder explosivo, aun cuando cuenten con fabricación autorizada.
También impide la venta de pirotecnia a menores de 16 años y la elaboración, comercialización o uso de cualquier artefacto que no haya sido calificado como “de venta libre” por Fabricaciones Militares.
Para denuncias o reclamos vinculados al uso indebido de pirotecnia, la ciudadanía puede comunicarse con la línea 147 Rafaela Responde.
Daños provocados por la pirotecnia
La pirotecnia afecta especialmente a adultos mayores, bebés, personas con hipersensibilidad sensorial, individuos dentro del espectro autista y quienes padecen enfermedades que se agravan con la contaminación sonora.
El ruido puede provocar miedo, ansiedad, taquicardia, alteraciones inmunológicas y descompensaciones. Su manipulación indebida también ocasiona quemaduras, heridas, lesiones oculares, hipoacusia por perforación del tímpano, fracturas y hasta mutilaciones.
Además, el uso irresponsable puede generar incendios, daños materiales en bienes públicos y privados, y contaminación ambiental y acústica.
La recomendación es simple y contundente: celebrar sin estruendos es celebrar cuidándonos entre todos.

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