El control de la proliferación de aves en el microcentro de Rafaela sigue siendo un tema de análisis en la ciudad. Según explicó la ingeniera Anabel Albrecht, responsable del departamento de Espacios Verdes, se están aplicando diversas estrategias para mitigar la suciedad que generan las aves, sin dejar de lado el bienestar animal ni dañar el entorno urbano.

“Este es un problema que acarrea la sociedad rafaelina, con el tema de las aves en el microcentro y la suciedad que ellas generan con sus deposiciones. Es bastante complejo”, comentó Albrecht.

Larga lista de intervenciones 

Una de las medidas que más resultados ha dado hasta ahora es el baldeado de veredas y calles con cloro, realizado diariamente por el personal de higiene urbana. “Eso ya mejora notoriamente la situación”, destacó la responsable del área.

Por otro lado, la poda de raleo de copa se ha implementado como estrategia para reducir la cantidad de ramas en los árboles, disminuyendo los lugares en los que las aves se posan. “Lo que se busca es bajar la población de aves. Si estamos diciendo que hay 500 aves en un árbol, bajamos la población porque tenemos menos ramas”, explicó Albrecht, aclarando que esta práctica no puede realizarse de forma masiva, ya que algunos árboles son más sensibles a la poda.

En cuanto a otras estrategias, la ingeniera mencionó que hace un par de años se probó el uso de ruido como medida de disuasión, pero esta no se sigue utilizando debido a que resultaba molesto no solo para las aves, sino también para los vecinos. “Era bastante molesto también para la gente”, indicó.

En ese sentido, en uno de los árboles del centro de la ciudad, se está llevando a cabo una prueba piloto. Se realizó la colocación de una red en la copa con el objetivo de evitar que las colonias aniden en ese árbol en particular. Se evaluarán resultados teniendo en cuenta el costo, el trabajo de aplicación y los resultados. 

Una problemática de larga data 

En charla con Radio Rafaela, Albrecht también destacó la importancia de entender el origen del problema, que está vinculado con el cambio en los ecosistemas rurales. “El desmonte, por lo general, es el mayor problema. Antes los caminos rurales estaban llenos de árboles, paraísos, eucaliptus en los campos, y esto se fue perdiendo”, señaló. 

Estos cambios respondieron a “distintas razones”. Años atrás, “la gente que vivía en el campo utilizaba los árboles para leña para cocinar. Los árboles se fueron muriendo porque la práctica de poda lesiona la madera, no se repusieron porque la gente ya no tenía más la necesidad, porque no vivía más en el campo”. “Se rompió el equilibrio”, comentó, explicando que la desaparición de estos ecosistemas naturales ha llevado a las aves a buscar nuevos hábitats en la ciudad.

Un camino por recorrer

Para solucionar este problema de forma integral, la Municipalidad trabaja dentro del marco de la ley de arbolado y busca fortalece los corredores biológicos, que permiten generar espacios adecuados dentro de la ciudad. “Los corredores biológicos sirven para tener árboles, arbustos, aves, insectos, todos en un mismo lugar”, comentó Albrecht.

Un ejemplo de este trabajo es el fortalecimiento del corredor biológico en Barrio Los Álamos, entre Ruta 34 y calle Santos Dumont, donde se plantaron 100 algarrobos en 2024. “Desde la municipalidad, hicimos los pozos, los colocamos, los regamos, le hacemos el mantenimiento y los vamos conduciendo”, agregó la ingeniera. Además, en otros sectores como el Barrio 42 y las lagunas de retardo, también se están plantando árboles para continuar con esta tarea.

El objetivo final es crear espacios adecuados que ayuden a reducir la presencia de aves en las zonas urbanas, promoviendo un equilibrio ecológico que beneficie tanto a los habitantes de la ciudad como a las especies locales. “El objetivo es ir buscando generarles espacios a las aves”, concluyó Albrecht.

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