Antes de su partida dialogó con Radio Rafaela para despedirse. "Tiene un momento de añoranza pero más de agradecimiento por estos 9 años vividos en Rafaela y en la Diócesis y agradezco de corazón la oportunidad de poder llegar a tanta gente que hubiera querido darle la mano, un abrazo o pedirle perdón si alguna macana uno se mandó", comenzó diciendo el Obispo.
Acerca de lo que significó para el estar en esta Diócesis, Fernández comentó, "son las vulnerabilidades lo que más nos hace crecer en la vida y eso lo sabemos porque uno se da cuenta cuando uno no da más, o cuando siente que todo se ha venido abajo es cuando aparece el temple de la madurez humana. A veces vivimos en una eterna adolescencia donde nos parece que todo es fiesta, que todo es vivirla gratis o que todo viene de arriba y no sabemos que las cosas que más nos hacen madurar y crecer son las cosas en las que uno se ha encontrado sin nada, sin nadie y es allí es donde aparece el temple, la fortaleza y para nosotros los creyentes la verdadera vida de Dios, todo lo demás es muy fugaz, muy rápido".
Amigo de Dios para fortalecer a los hombres: Su lema episcopal
Sobre el mismo Monseñor afirmó que por lo menos ha intentando consolidar esa condición. "Lo he intentado, es lo que yo siento quiero ser cada día más amigo de Dios y que no solo me quede en la amistad con Dios sino que esa amistad sea para no quedarse en un espiritualismo intimista, individualista sino que sea verdaderamente para llegar a la fraternidad, para que sea un servicio, una obra bien concreta y realista".
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La Iglesia y la necesidad de bajar a la problemática de la gente
Hay que seguir profundizándolo, son los primeros pasos. A la Iglesia la están haciendo más realista, más cerca de la gente y es a partir de allí que uno se da cuenta que el llamado de Dios, la vocación no es una ideología, no es un quedar bien o simplemente un protagonismo del momento sino tratar de aportar algo para que este mundo pueda ser un poco mejor cada día que es lo que realmente busca la humanidad: alguien que le de una respuesta verdadera
Monseñor Fernández
La finitud de la vida y lo que hay que dejar
Hay que vivir más de la providencia y caminar juntos todos, todas en esa humanidad nueva que queremos realizar. Sigo pensando que el tema del COVID-19 fue una oportunidad única porque nunca toda la humanidad había sentido una fragilidad tan grande donde ya no había ciencia, ni técnica, ni el poder del dinero, ni el poder de las armas que te iba poder salvar de eso. Sin embargo no se si lo hemos aprovechado porque ya pasó un tiempito, no hemos terminado de salir pero volvimos a las andadas de nuestro individualismo, nuestro oportunismo y no hemos aprendido ese caminar juntos, escucharnos más, darnos cuenta de que si la salida no es entre todos, acompañando a los más frágiles es imposible un mundo nuevo
Monseñor Fernández
La despedida
Monseñor Fernández se quedará en la ciudad hasta la llegada del nuevo Obispo para acompañarlo en su asunción el martes 20 y al día siguiente vuelve a su tierra natal, "para volver a dar una mano como párroco, como cura, no quiero quedarme sentado en un sillón, aunque el mundial está muy lindo", bromeó.
En estos ultimos años de mi vida y en lo que me toque vivir seguiré dando una mano. Vuelvo a Lomas de Zamora. En Buenos Aires hay una necesidad muy grande de curas, de parroquias y yo me daba cuenta que aquí gracias a Dios, la de Rafaela es una Diócesis con grandes dificultades pero por lo menos se puede vivir en paz, en cambio en el Gran Buenos Aires hay una gran necesidad y me voy al lugar en el que he nacido para entregar mis últimos años
Monseñor Fernández
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