Así lo sostuvieron desde la CGT Regional Rafaela a traves de un comunicado en el que fueron muy críticos con la situación actual.
Comunicado completo
Rafaela se encuentra enfrentando una enorme crisis en su sistema de salud por la epidemia de dengue, que ya produjo miles de contagios, imposibles de cuantificar con precisión, pero estimados en unos 15 mil. Más del 10% de la población de la ciudad ha padecido, en el verano y en lo que va del otoño, esta enfermedad, que tuvo consecuencias fatales en dos vecinos de la ciudad. Desde la CGT Regional Rafaela venimos advirtiendo de las consecuencias gravísimas que la nefasta política del gobierno ultraderechista de Javier Milei viene ejecutando, con la complicidad de las grandes corporaciones que cogobiernan y se entusiasman con el acelerado y brutal desguace del Estado y sus herramientas de regulación y asistencia.
El panorama real que enfrentamos en la ciudad es que el Hospital Jaime Ferré se encuentra sobrepasado en su capacidad de respuestas ante el enorme crecimiento de la demanda. Ese aumento no sólo se da por el dengue: son miles los rafaelinos que ya no pueden recurrir a la medicina privada y ni siquiera pueden comprar los remedios que le indican los médicos. Van al Hospital, porque no queda otra.
Todo esto era totalmente previsible y desde la CGT lo anticipamos. Sin embargo, no hemos podido escuchar ninguna referencia a este tema en el discurso con el cual el intendente Leonardo Viotti abrió las sesiones ordinarias del Concejo. La salud no figuró entre los ejes de la gestión. Tampoco la provincia tiene a Rafaela como una prioridad: en el Hospital faltan profesionales, pero también falta lo más básico, como pueden ser los ventiladores en la guardia, donde hubo pacientes que literalmente se desmayaron, afiebrados y soportando temperaturas de horno. Largas esperas, tanto en la guardia de adultos como en la de pediatría, son un común denominador, con los trabajadores de salud expuestos a situaciones que hasta pueden resultar violentas ante el sufrimiento de los pacientes que reclaman una atención que no se les puede brindar.
Con trabajadores precarizados o directamente expulsados del sistema formal, las obras sociales en situación de quebranto y los sistemas prepagos liberados para cobrar lo que se les canta sin regulaciones ni control; con el Estado nacional desaparecido y en vías de extinción, es hora de que los rafaelinos abramos los ojos para ver una realidad que nos agobia, pero no nos debe derrotar. El intendente debe ponerse a la cabeza de las políticas públicas destinadas a reforzar el aparato sanitario, empezando por lo básico: cortar los yuyos, que tan fácil resultaba antes de diciembre y ahora parece una cuestión de Estado, pero también haciéndose cargo de la representación de los rafaelinos allí donde corresponda, para que haya gestión y respuestas donde se necesitan.
Comentarios