La vida de “trapito”, en primera persona: “Lo hago porque necesito, estoy decidido a trabajar”
En diálogo con RADIO RAFAELA, algunos lavacoches contaron las dificultades, motivaciones y desafíos que enfrentan diariamente en la ciudad.
La presencia de los lavacoches en las calles de Rafaela sigue generando un importante debate, que resurgió con fuerza en las últimas semanas. Para algunos, es una forma de subsistencia, mientras que para otros representa un problema social.
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A través de las voces de algunos de los “trapitos” que se desempeñan en el centro de la ciudad, se puede conocer su realidad en primera persona. Comentaron a RADIO RAFAELA que enfrentan varios desafíos, con el firme deseo de seguir progresando.
Eduardo Suárez, quien lleva más de 14 años en la actividad, destacó la necesidad de trabajar para subsistir. “La gente ya me conoce. Yo vengo porque necesito, este es mi laburo. Y si me dan otra cosa, agarro viaje”, sostuvo. En la actualidad, lavar autos en la vía pública le permite subsistir: “ahora sí porque soy soltero, pero si tendría familia, no, no me alcanza”, explicó.
Su situación refleja la dificultad de muchos para acceder a empleos formales. “No terminé la escuela y ahora, si no estudias, no sos nada”, reflexionó. Al ser consultado sobre lo que le gustaría hacer en lugar de lavar coches, afirmó que estaría dispuesto a “cualquier cosa”. “Trabajar en una fábrica, en un club, lo que sea”, agregó con una mirada hacia un futuro con mejores oportunidades.
Un pedido de ayuda
Por otro lado, Jorge, quien salió de la cárcel hace un par de años, dejó en claro su deseo de empezar de nuevo, el cual pudo concretar a través de su trabajo como lavacoches. "Queremos buscar nuestro cambio. Estamos decididos a trabajar y respetar a todos, no queremos delinquir más", relató.
Jorge señaló que la exposición a la violencia en el pasado no lo define en la actualidad, destacando su transformación personal. "Era delincuente, usaba armas y todo. Pero ahora estoy tranquilo, bajé un cambio, conocí a Dios. Y Dios nos ayuda mucho", contó con esperanza en esta nueva vida.

"Espero que nos escuchen el intendente y los concejales, que nos den una mano, que no nos dejen morir en la calle", pidió Jorge. En ese sentido, dejó reflejado el deseo de quienes buscan una oportunidad para mejorar.
Oportunidades insuficientes para algunos
Por su parte, Marco Ezequiel Valenzuela, quien lleva 15 años trabajando como lavacoches, subrayó las dificultades para acceder a un empleo formal en Rafaela. "Soy joven, tengo 34 años, y me siento bien para conseguir un buen laburo y tener el derecho que todos tienen, de tener un trabajo digno", afirmó.
Valenzuela expresó su frustración por la falta de oportunidades laborales, a pesar de haber completado capacitaciones en diversos oficios. "Es una ciudad muy productiva, pero hay mucha escasez de laburo. No generan oportunidad para la gente que en algún momento de su vida cometió errores", señaló.
A pesar de las dificultades, Valenzuela explicó cómo, gracias a lavar autos, ha podido mantener a su familia y cubrir sus necesidades. "Hay que arrimarle ganas, hay que darle para adelante, con esfuerzo. Y, si uno persevera, triunfa", dijo.

Graves conflictos causados por algunos
El trabajo de los lavacoches no está exento de conflictos. Valenzuela reconoció que algunos individuos generan disturbios en el área, lo que afecta directamente a quienes trabajan de manera honesta.
"Hay gente de toda clase, a algunos no les importa nada y vienen a generar disturbios, problemas", dijo. Añadió que la presencia de personas con problemas de adicciones contribuye a crear un ambiente hostil. "Se ve diariamente que la droga hace estragos en las personas. Les quita las ganas de vivir, las ganas de trabajar y dejan de lado muchas cosas, incluso la empatía por los demás", lamentó.
"Todos tenemos problemas. Uno está enfocado en resolverlos, pero hay mucha gente que no está enfocada en resolver sus asuntos y tener su vida estable", concluyó.

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