La historia detrás de la rafaelina que llegó a la cima del Aconcagua: “Era yo, la carpa y el viento…”
Virginia Milanesio, atleta rafaelina, cumplió su sueño al alcanzar la cima del Aconcagua, la montaña más alta de América.
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Virginia Milanesio, conocida por su trayectoria como atleta, hizo historia al convertirse en una de las pocas rafaelinas en alcanzar la cumbre del Aconcagua, el pico más alto de América con 6.960,8 metros.
Tras una preparación física rigurosa, logró esta hazaña en un contingente de cinco personas, aunque no todos consiguieron llegar a la cima.
La historia detrás
Frente a los micrófonos de RADIO RAFAELA, Virginia contó que “la decisión fue medio de golpe; le avisé a Joaquín, mi entrenador,20 días antes, pero ya lo tenía en mente”.
“Entrené todo el año y a principios había escalado montañas que te piden como pasos previos. En mayo hice una de esas, y aunque debería haber hecho otra más, fui igual”, reveló.
El equipo estaba conformado por siete personas, pero solo cinco lograron hacer cumbre. “De los siete, solo dos éramos argentinos; los demás eran de Alemania, Países Bajos, China e Inglaterra”, explicó.
“Es vivir el día a día”
Para la atleta rafaelina el clima fue uno de los mayores desafíos. “Lo que más me costó fue adaptarme al frío, al viento y a pasar las noches sola en la carpa porque eran muy largas, era yo, la carpa y el viento”, contó.
Virginia recordó cómo enfrentó cada día de ascenso. “Viví literalmente el día a día; nunca pensé en la cumbre. Era pasar el día de hoy, superarlo, y así hasta que me di cuenta de que al día siguiente era el día de la cumbre”, sostuvo. Sin embargo, confesó que la noche previa a llegar a la cima realmente le “agarró un poco de miedo”.
A lo largo del trayecto, las dificultades no faltaron. “Es duro cuando ves que tus compañeros empiezan a abandonar” declaró. Además, explicó que en todo el grupo era la única mujer. Y que si bien cuando comenzaron había otro grupo de mujeres, abandonaron a mitad de camino. “Ahí te preguntás si seguir, pero el entrenamiento ayuda mucho a mantener la cabeza firme”, expresó al respecto.
Sobre el trabajo con los guías, Virginia señaló que para llegar a la cumbre contrató una empresa. “Escalé con el guía que quería”, sostuvo. Y detalló que “por lo general hay un guía cada tres personas. Están capacitados para todo, desde rescatarte hasta ponerte una inyección”.
Misión cumplida…
Al llegar a la cima, la emoción de Virginia fue inmensa, pero también quedaba un tramo importante. “Llegué y pensé: qué bueno, pero todavía me queda bajar. Fue largo, menos complicado, pero peligroso. Con el cansancio, nos caíamos. El piso resbaladizo y los mareos por el esfuerzo lo hacían difícil, pero la felicidad de haber llegado ya estaba conmigo”.
Virginia resaltó que el logro fue el resultado de años de trabajo y preparación. “Era mi sueño; Joaquín me conoce desde hace un montón y siempre le dije que lo iba a hacer. En algún momento sabía que iba a lograrlo”.
La entrevista completa:
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