Le dijeron "te quedan 10 días de vida...", pero ya pasaron 19 años: la historia del rafaelino que renació con un nuevo corazón

A Daniel Echeverría le dijeron que le quedaban diez días de vida. Fue el 19 de septiembre de 2005, cuando un médico en Buenos Aires, al ver sus estudios, le dijo sin rodeos que tenía que ser internado de inmediato.

Cuatro días después, recibió un trasplante de corazón que no solo le salvó la vida, sino que marcó un antes y un después en su historia personal, familiar y espiritual.

Este 23 de septiembre, Daniel recordó con emoción los 19 años de aquel trasplante en el Hospital Francés. “Siempre digo: gracias a Dios y a mi ángel donante”, afirmó con la serenidad de quien aprendió a valorar cada día como un regalo.

Una búsqueda desesperada

Todo comenzó con una tos persistente que se prolongó durante más de dos años. “Aunque no lo crean, me vieron todos los médicos de Rafaela y nadie daba en la tecla. Trabajaba en el frigorífico Sodecar y por cuestiones de obra social me cambiaban seguido de médico de cabecera”, recordó en la charla con Radio Rafaela.

Fue entonces cuando recurrió a un amigo, el Dr. Eric Pairone, quien lo derivó a Buenos Aires. “El martes 19 de septiembre de ese año, a las 4 de la mañana, viajé con acompañantes. Mi señora estaba embarazada de nuestro tercer hijo y mis dos nenas tenían 4 y casi 6 años. Vivíamos en el barrio Virgen del Rosario”, narró.

En Buenos Aires, los médicos lo evaluaron con urgencia. “Me vio el doctor Fernando Guerlloy, quien me dijo con esos estudios: tenés diez días de vida. Me internaron ese mismo día a las 13:30 en la UCO (Unidad Coronaria) del Hospital Francés”.

Una espera breve y un corazón compatible

Después de 72 horas en terapia intensiva, lo trasladaron a una habitación común y el viernes 22 de septiembre de ese 2005 a la noche lo inscribieron en la lista de emergencia para trasplante cardíaco. Lo ubicaron como prioridad número uno.

“Me acuerdo que René, de la Fundación Honrar la Vida, me dijo: quedate tranquilo, hay lista de espera real”, contó. Y al día siguiente, la noticia llegó más rápido de lo que imaginaba.

“El sábado a la mañana vinieron los médicos y me dijeron: tenés que llamar urgente a tu familia en Rafaela. Me pidieron que no hablara con mis hijas para no emocionarme. A cuatro cuadras había un corazón 100% compatible para mí. Me tenían que preparar para quirófano lo antes posible”.

Tras la operación, Daniel comenzó su recuperación caminando por los pasillos del hospital. “Lo primero que hice fue ir a la capilla. Necesitaba agradecer”, recordó. Recién en noviembre volvió a Rafaela por primera vez, un viernes, luego de casi dos meses de internación y recuperación.

Con el tiempo, comprendió el valor de lo que había vivido: “En ese momento no entendía lo que era un trasplante. Con los años investigué mucho. Hoy sé lo que significa y estoy profundamente agradecido”.