Clubes de abuelos en alerta: “Nos exigen cada vez más y no nos dejan trabajar tranquilos”

Los clubes de abuelos de Rafaela atraviesan una situación crítica que amenaza su continuidad. Lorena Aragno, presidenta del Club de Abuelos de calle Palmieri, y Hugo Vegetti, presidente del Club de Abuelos Unidos, expresaron su preocupación por las reiteradas denuncias de un grupo de vecinos y las crecientes exigencias del municipio, que ponen en riesgo los tradicionales bailes quincenales que organizan.

“El tema está complicado. Nos piden muchas cosas. Nosotros tenemos todo en regla, venimos cumpliendo desde hace mucho tiempo, pero siguen exigiendo más”, señaló Aragno. 

Debido a reiteradas denuncias de algunos vecinos, estamos en una situación límite. Los bailes terminan a las tres de la mañana y el grueso de la gente, que es mayor, se retira a las dos en silencio. El único ruido es el de las puertas de los autos, y aun así seguimos recibiendo quejas todas las semanas”, agregó.

“Nos miden, cumplimos todo y siguen pidiendo más”

Aragno explicó que los controles son permanentes, pero que las autoridades no actúan con la misma transparencia hacia los clubes.“Nosotros estamos constantemente midiendo el nivel de la música, que es lo que le molesta a los vecinos. Invitamos a que hagan las mediciones que correspondan, pero parece que a algunos del municipio no les alcanza. Van a la casa del vecino, hacen mediciones y a nosotros no nos informan nada. Ahora nos piden un nuevo informe de sonorización en quince días hábiles, después de seis meses de haber cumplido con todo”, cuestionó.

La dirigente propuso una alternativa para resolver el conflicto “Si supuestamente el problema es el volumen, que nos asignen un agente de Protección Vial todos los fines de semana para controlar. Nosotros lo pagaríamos, no tenemos problema. Pero que sea alguien que mida y supervise objetivamente”, reclamó.

“Estamos cansados de justificar lo que hacemos bien”

Por su parte, Hugo Vegetti destacó que ambos clubes trabajan con equipos de medición y cumplen con los límites de ruido establecidos. “Nosotros andamos con el decibelímetro en la mano toda la noche. Afuera no pasamos de los 60 o 65 decibeles, y adentro estamos en 90 con picos, porque la música no es una línea recta. No afecta a nadie. Pero igual seguimos recibiendo denuncias, y siempre somos nosotros los que tenemos que justificar lo que ya está controlado”, explicó.

El dirigente cuestionó que la carga de la prueba siempre recaiga sobre los clubes“¿Por qué no le piden al vecino que nos denuncia todas las semanas que mida y haga el reclamo correspondiente? Nosotros sabemos que estamos dentro de los límites legales”, sostuvo.

“Detrás de cada baile hay trabajo para mucha gente”

Ambos dirigentes coincidieron en que los bailes no son solo una actividad recreativa, sino también una fuente de empleo y movimiento económico. “No solamente es una fuente de trabajo para los grupos musicales, sino también para los mozos, los asadores, la gente que atiende, los proveedores. Compramos el pan en panaderías locales, el pollo en pollerías de Rafaela, movemos toda una cadena económica”, destacó Aragno.

Vegetti advirtió que el posible cierre de los clubes implicaría un impacto social y económico “Si nos siguen poniendo trabas, se corta todo eso. No solo se apaga la música, se apaga una red de trabajo y contención para los adultos mayores”, concluyó.

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Radio Rafaela

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