Cierra Casa Lily, la esquina donde vestía la infancia de Rafaela y la región

Hace 70 años Casa Lily abrió sus puertas en la ciudad de Rafaela. Fue el emprendimiento de una maestra llamado Sulma Sello de Garrappa, que en el garage de su casa comenzó a vender artículos de mercería y ropa infantil.

Era una mujer metódica y con gran empuje que proyectó un crecimiento comercial importante instalando una tienda dedicada exclusivamente a la ropa infantil, algo inédito por aquellos años. En 1974, empujada por el crecimiento, Casa Lily se mudó a la esquina de Rivadavia e Ituzaingó, en el amplio espacio que ocupará hasta estos días cuando cierre definitivamente sus puertas. 

Casa Lily vistió a abuelos, padres, hijos, nietos y hasta bisnietos también. Fue una tienda de ropa de vanguardia que supo transformarse en un clásico de las familias de la ciudad y la región. Muchos se acercan en estos días y cuentan con nostalgia que allí los llevaba su madre o su abuela, también agregan que muchas de esas prendas son las que guardan como reliquias de infancia en sus roperos. 

Continuado por Roberto Garrappa, hijo de Sulma, la esquina donde vestía la infancia atravesó la historia contemporánea, sobreponiéndose a las marchas y contramarchas de los ciclos económicos y sociales, a las modas, las tendencias y las interminables novedades del mercado. Quedará en el recuerdo de muchos el amplio salón de piso de pinotea, los largos estantes cargados de buzos, pantalones y bodies para bebés.

También los vestidos para las más chiquitas y la amplia variedad de camisas que hacían difícil la decisión. Quedarán en las fotos de muchos cumpleaños, bautismos y comuniones de la ciudad a lo largo de tanto tiempo, niños y niñas vestidos con las bermudas y polleras de la esquina con la ropa de la tienda infantil más antigua de la ciudad.

Quedará también en el recuerdo de muchos, el trato amable de Sulma y Roberto, siempre dispuestos a abrir con paciencia todas las prendas que fueran necesarias hasta que el cliente encuentre lo que buscaba. 

Casa Lily fue un emprendimiento familiar, que supo tener varios empleados entre los que se destaca Nelly Ghirardoti, una mujer que también muchos rememorarán detrás del mostrador con su amable trato. Una pregunta recurrente, nos cuenta Roberto, es el porqué del nombre Lily. En 1953 se estrenó una película protagonizada por Leslie Caron y Mel Ferrer que se llamaba Lily. Había allí una canción que Sulma cantó por años y que fue la inspiración para nombrar su sueño, el que persistió por décadas en una ciudad que ha cambiado tanto como el mundo entero.

Nadie duda de la velocidad con la que gira el tiempo; las redes, la Inteligencia artificial, las aplicaciones de venta online nos lo recuerdan a cada paso. Hay estrategias de marketing digital, hay community manager, hay dropshipping y muchas palabras más.

Casa Lily abrió un camino en la ciudad, lejos en el tiempo, mucho antes de toda esa velocidad. Supo adaptarse, supo sostenerse, pero sin perder nunca la calidez del cara a cara, la perseverancia de abrir y plegar bucitos y remeras hasta que sea necesario, la honestidad de brindar todas las opciones comerciales más justas y la paciencia de escuchar cada necesidad.

En unos días, Roberto cerrará la puerta doble de hierro forjado que tantos hemos atravesado y Casa Lily se transformará en una parte de nuestra historia. Será de las historias lindas, las que mueven la nostalgia, las que nos llevan a nuestra infancia.