Los nuevos datos sobre la subida en la tasa de desempleo y otras alertas que indicarían el comienzo de una recesión, son la principal herramienta de Donald Trump para dinamitar el camino de la candidata demócrata hacia la Casa Blanca.
En plena campaña electoral, el expresidente y candidato presidencial republicano Donald Trump intentó capitalizar políticamente el derrumbe de los mercados el lunes por la mañana, en una publicación en la que culpaba de la agitación económica y geopolítica a la vicepresidenta Kamala Harris, su presunta oponente demócrata en las elecciones de noviembre.
“Los mercados bursátiles se están derrumbando, las cifras de empleo son terribles, nos dirigimos a la Tercera Guerra Mundial y tenemos dos de los ‘líderes’ más incompetentes de la historia. Esto no es bueno”, escribió en una publicación en Truth Social.
“Kamala y los mercados no van de la mano. Hace tan solo una semana que los mentirosos encuestadores le están dando una ventaja en la intención de voto y tenemos una estrepitosa caída del mercado”, afirmó el candidato republicano en una publicación hoy en su red social Truth Social.
Analistas políticos estiman que la salud del mercado laboral podría influir los votantes estadounidenses de cara a las elecciones presidenciales.
El informe del Departamento de Trabajo del viernes pasado mostró una caída de los 179.000 empleos creados en junio y la tasa de desempleo subió al 4,3%. Las contrataciones en Estados Unidos se desaceleraron drásticamente el mes pasado ante las altas tasas de interés, mientras los empleadores añadieron unos débiles 114.000 puestos de trabajo. El mensaje de Trump a los votantes es claro: el denominado “Bidenomics”, el plan económico del gobierno, “está decepcionando a los estadounidenses”, afirmó su vocera Karoline Leavitt.
Hasta ahora no ha habido una gran reacción al derrumbe bursatil por parte de los responsables de las políticas económicas en la Casa Blanca o en toda la administración Biden, según consignó The New York Times. El viernes, el presidente Biden solo aludió de refilón a la sorpresiva debilidad del informe de empleo, diciendo que mostraba que “el empleo está creciendo de manera más gradual en un momento en que la inflación ha disminuido significativamente”.
Hasta hace poco tiempo, el relato de Trump sobre el colapso económico bajo el mando de Joe Biden, no tenía suficiente sustento fáctico. De hecho, Estados Unidos fue el país industrializado del G7 con mayor crecimiento desde la pandemia. Las cifras de desempleo venían históricamente bajas y la autosuficiencia energética del país le permitió al gobierno de Biden suavizar el impacto de la inflación, comparado con los países europeos que recibieron e impacto de lleno tras la invasión rusa de Ucrania.
No obstante, las cifras más recientes de empleo en Estados Unidos, publicadas la semana pasada, indican que el mercado laboral se está enfriando rápidamente. La tasa de desempleo aumentó del 4.1% al 4.3%.
Los mercados financieros confiaban en que la economía estadounidense podría soportar el impacto de la suba de las tasas de interés. Las últimas cifras del PBI, que mostraron un crecimiento anual cercano al 3%, respaldaban esta confianza. Pero la caída en el mercado laboral despertó temores de que la economía pueda estar encaminándose hacia una recesión abrupta. La caída del 12% en el índice Nikkei de Japón se debió en gran parte a preocupaciones sobre una posible desaceleración rápida de la economía estadounidense.
La Reserva Federal tiene una regla empírica, conocida como la regla Sahm, para medir si la economía estadounidense está en recesión. La Regla de Sahm predice una recesión cuando la tasa de desempleo promedio de los últimos tres meses supera en 0,5 puntos porcentuales a su mínimo de los últimos 12 meses.
El informe de desempleo de la semana pasada de la Oficina de Estadísticas Laborales mostró que la regla Sahm estaba cerca de activarse. Como señaló la consultora Capital Economics, la regla se cumplirá el próximo mes a menos que la tasa de desempleo disminuya.
Pero no se trata solo del aumento del desempleo y es que hay otras señales de alerta para Kamala Harris mientras intenta defenderse de las embestidas de Trump al historial económico de la actual administración.
El desempeño de la empresa de mensajería UPS suele ser un indicador de la marcha de la economía estadounidense. El mes pasado, no cumplió con las estimaciones de los analistas y redujo sus previsiones de crecimiento para el resto de 2024 y aunque extrapolar los resultados de manera lineal sería osado, algunos especialistas lo ven como un presagio.
A tres meses de las elecciones presidenciales, la economía no está a punto de caer en una recesión inmediata, pero las señales de que los hogares están frenando su gasto son malas noticias para la candidata presidencial demócrata.
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