Rescataron a una mujer encadenada que fue torturada durante meses en una casa de la ciudad de Texas

Un estremecedor caso de abuso y cautiverio sacudió a la ciudad de Austin, Texas, luego de que una mujer de 37 años fuera rescatada tras permanecer encadenada durante meses en el patio trasero de una vivienda, donde fue sometida a brutales agresiones físicas y psicológicas.

El operativo se llevó a cabo el pasado 30 de octubre por la mañana, tras un llamado al 911 que alertó sobre gritos de auxilio provenientes de una casa ubicada en el sur de la ciudad. Al llegar al lugar, la policía encontró a la víctima esposada a una estructura metálica de ejercicios, semidesnuda y con lesiones visibles. Ante la complejidad de las ataduras, debieron convocar a bomberos para liberarla.

Según los reportes oficiales, la mujer presentaba signos de desnutrición severa, heridas abiertas, hematomas, pérdida de tejido en extremidades y cicatrices producto de disparos con una pistola de aire comprimido. Los médicos constataron además que tenía alojado un balín en uno de sus ojos.

La víctima relató que apenas recibía un plato de comida al día y era golpeada cada vez que intentaba escapar. La noche anterior al rescate, fue encadenada como castigo por un incidente menor y expuesta al frío durante toda la noche, en temperaturas cercanas a los 5 grados.

Los acusados y la intervención policial

Cinco personas fueron detenidas durante el operativo: Michelle Garcia (51), Crystal Garcia (21), Mache Carney (32), Juan Pablo Castro (30) y Maynard Lefevers (21). Según los investigadores, la mujer era amiga de Michelle Garcia, pero el grupo decidió encerrarla cuando “ya no les caía bien”.

Durante el allanamiento, dos niños fueron hallados en la vivienda y quedaron bajo la protección del Departamento de Servicios de Protección Infantil. Uno de ellos, de cuatro años e hijo de Castro, declaró que había presenciado cómo su padre le disparaba a la víctima con un rifle de aire comprimido "cuando se portaba mal", mientras su madre observaba sin intervenir.

Los testimonios recolectados durante la investigación revelan una secuencia de abusos sistemáticos. Michelle Garcia admitió limitarle la comida “porque se había puesto gordita”, y Juan Pablo Castro confesó que le disparaba con el rifle porque la “odiaba” y “no quería tocarla”.