El gobierno de Kyiv lanzó un comunicado luego de la postura del Kremlin sobre la navegación en la zona que estaba protegida por el acuerdo de granos. Denuncian que la nueva postura es una intimidación a los aliados occidentales y a los Estados neutros.
El gobierno de Vladimir Putin denunció que de los acuerdos firmados con la intervención de la ONU y Turquía sólo se cumplió aquel que beneficiaba a la parte ucraniana, mientras que la salida - por ejemplo - de amoníaco ruso era bloqueada pese a lo convenido. Esas denuncias fueron permanentes mientras aceptaban, igualmente, prorrogar el acuerdo. Eso dejó de suceder en el último vencimiento de esta semana, coincidente con el ataque al puente de Kerch, que une Crimea (sector insular ucraniano bajo control ruso de máxima relevancia para la logística rusa) con Rusia.
Tanto la ONU, como Turquía en su rol de intermediarios, junto a Ucrania, aseguraron que todo el desarrollo y funcionamiento de exportaciones acordadas en la zona franca del Mar Negro fue siguiendo lo estipulado en los convenios. Pero quién tiene más o menos razón no es la preocupación de la geopolítica ahora: la ruptura del acuerdo imprime per se un riesgo para cubrir la demanda alimentaria de la población más vulnerable de los países africanos.
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Además, Rusia detalló de qué forma considerará los movimientos en esa región: su ministerio de Defensa comunicó que, a partir de las 00:00 del 20 de julio, los buques que naveguen por el mar Negro con destino a puertos ucranianos serán considerados posibles portadores de carga militar. Una medida que luego Ucrania adoptaría por su parte de forma parcial.
Los eventuales ataques en consecuencia no son la única alarma ante el giro en las relaciones bilaterales: el Kremlin también señaló que los países de la bandera de las embarcaciones participan en el conflicto a favor de Kiev, lo que también los transformaría en enemigos directos de Rusia con lo que eso implicaría.
A partir de eso, el gobierno ucraniano lanzó un comunicado donde denuncia que Vladimir Putin "busca un intimidar a los Estados neutros", ya que "no hay ningún motivo para creer que los buques mercantes extranjeros estén apoyando actos de guerra por el mero hecho de exportar cereales a otros países que los necesitan para prevenir hambrunas".
Comunicado ucraniano
Buscando apoyo internacional, el gobierno de Zelenski se dirigió a sus aliados: "Urgimos a que nuestros socios apoyen plenamente la iniciativa ucraniana de establecer un corredor maritimo humanitario en el Mar Negro. El corredor humanitario permitirá a restablecer las rutas vitales del suministro de alimentos a las regiones que más lo necesitan".
El comunicado también fue dirigido a todos los países del mundo al solicitar que "condene las acciones de Rusia y tome las medidas apropiadas para garantizar la seguridad de la navegación en el Mar Negro como garantia de la seguridad alimentaria en el mundo".
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