El Vaticano cuestionó el poliamor y la poligamia, reivindicando la monogamia

A contracorriente de las tendencias culturales que avanzan en buena parte de Occidente, el Vaticano difundió un extenso documento que reafirma el valor de la monogamia como base del matrimonio cristiano y advierte sobre el crecimiento de nuevas formas de vínculos no exclusivos.

El texto, aprobado por el papa León XIV el 21 de noviembre, lleva por título “Una caro” (“Una sola carne”) y fue elaborado por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, actualmente presidido por el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández.

Se trata de una nota doctrinal de 156 párrafos que propone una defensa teológica, filosófica y cultural del matrimonio entendido como una unión única, exclusiva e indisoluble entre un hombre y una mujer, frente al avance del poliamor en sociedades occidentales y la persistencia de la poligamia en distintas regiones del mundo.

En la introducción, el documento pide tomar en serio el contexto global marcado por el poder tecnológico y por una concepción del ser humano como sujeto sin límites. Según el texto, esa percepción contribuye a opacar el valor de un amor exclusivo reservado a una sola persona.

“La renuncia libre a muchas otras posibilidades es una dimensión esencial del amor”, señala el escrito, al tiempo que propone recuperar el sentido de la pertenencia recíproca como núcleo del compromiso matrimonial.

La Santa Sede plantea que la intensificación de relaciones múltiples responde a una lógica cultural que privilegia la novedad, la satisfacción inmediata y la expansión ilimitada de la experiencia afectiva, en detrimento de la estabilidad y la entrega total.

El documento reconoce que el poliamor crece como fenómeno visible en buena parte de Occidente, mientras que la poligamia continúa siendo una práctica aceptada en distintos países africanos y de otras regiones del mundo.

Según explicó el cardenal Fernández en conferencia de prensa, el origen inmediato del texto surge de los intercambios con obispos de África y de otros continentes, quienes manifestaron su dificultad para desalentar la poligamia entre jóvenes creyentes.

“Algunos veían que chicos confirmados años después ya tenían cuatro mujeres”, relató el purpurado, al describir situaciones que motivaron la elaboración del documento como respuesta pastoral y doctrinal.

Fernández también señaló que existen formas de poligamia menos visibles en países occidentales, bajo la figura de amantes o relaciones paralelas, que a su juicio “son igual de ofensivas para la dignidad de las mujeres”.

El funcionario vaticano subrayó además que la presentación de “Una caro” adquiere un valor simbólico al coincidir con la Jornada Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Una defensa bíblica, filosófica y cultural del matrimonio exclusivo

El documento recorre las raíces de la monogamia en los textos bíblicos, en la tradición de los Padres de la Iglesia y en el magisterio pontificio, con citas al Concilio Vaticano II y a pontífices como Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.

Uno de los ejes centrales es la idea de que solo la monogamia garantiza una vivencia plena de la sexualidad como expresión de un amor que reconoce al otro como sujeto y no como objeto de uso.

En ese marco, se recupera el pensamiento filosófico de Karol Wojtyla, en su obra “Amor y responsabilidad”, donde afirma que la entrega total solo puede realizarse entre dos personas que se eligen de manera exclusiva.

“La unión sexual, que involucra a la persona en su totalidad, solo puede tratar al otro como cosujeto de amor si se desarrolla en el marco de una pertenencia única y definitiva”, sostiene el texto.

La Santa Sede aclara que el valor de los autores citados no se vincula con la perfección de sus vidas personales, sino con la capacidad de haber expresado el sentido profundo del amor exclusivo en la poesía, la filosofía o la reflexión ética.

El documento menciona a pensadores, teólogos y poetas, entre ellos al chileno Pablo Neruda y al italiano Eugenio Montale, como ejemplos de cómo la experiencia del amor verdadero puede ser expresada desde la cultura secular.

Para la Iglesia, este recurso busca tender puentes entre la tradición cristiana y la sensibilidad contemporánea, mostrando que la monogamia no es solo una prescripción religiosa, sino también una elección profundamente humana.

En simultáneo, la nota reconoce que la época actual exhibe un aumento de las tasas de divorcio, la inestabilidad de las uniones, la trivialización del adulterio y la promoción social del poliamor.

Según la Santa Sede, estos fenómenos impactan directamente en la educación afectiva de niños y jóvenes, debilitando la transmisión de valores de compromiso, cuidado mutuo y responsabilidad.

El documento sostiene que la monogamia no debe entenderse como una simple obligación moral, sino como una opción libre que habilita una forma más plena de entrega, fidelidad y construcción de proyecto de vida.

Sexualidad, educación y desafíos pastorales en el siglo XXI

Uno de los capítulos más amplios del texto aborda la sexualidad matrimonial, retomando la concepción tradicional de la Iglesia que distingue dos dimensiones inseparables: la unitiva y la procreativa.

La nota doctrinal subraya que la sexualidad no se reduce únicamente a la apertura a la vida, sino que también cumple una función esencial en el fortalecimiento del vínculo entre los cónyuges.

Sin embargo, el documento mantiene la postura histórica de la Iglesia respecto de la anticoncepción artificial, al considerar que desvincula la sexualidad de su sentido pleno dentro del matrimonio.

Para el Vaticano, reforzar el componente unitivo del vínculo conyugal resulta clave para contrarrestar la fragilidad de las relaciones y el avance de modelos afectivos considerados inestables.

El texto identifica al poliamor como una de las expresiones más visibles de esa inestabilidad contemporánea, al sostener que se basa en la idea de que la intensidad afectiva puede renovarse de manera incesante en una sucesión de vínculos.

El desafío pastoral, reconocen las autoridades vaticanas, no es solo doctrinal, sino también cultural y educativo, en un contexto atravesado por mensajes contradictorios sobre el amor, la sexualidad y la responsabilidad.

En ese marco, la Santa Sede llama a reforzar la formación afectiva desde la infancia, promoviendo una educación que revalorice la fidelidad, la estabilidad emocional y la capacidad de sostener vínculos a largo plazo.

Durante la presentación del documento, Fernández sostuvo que la Iglesia no desconoce los cambios sociales, pero remarcó que su misión es proponer un ideal que considera humanamente superador, aun cuando resulte contracorriente.

El Vaticano admite que la discusión sobre el sentido del matrimonio atraviesa hoy no solo el ámbito religioso, sino también los debates legislativos, culturales y mediáticos en numerosos países.

La publicación de “Una caro” se produce además en un momento de redefiniciones internas dentro de la Iglesia, tras los debates desarrollados en los sínodos de 2023 y 2024 sobre familia, afectividad y nuevas realidades sociales.

Voceros de la Santa Sede indicaron que el documento será incorporado a la formación de sacerdotes y agentes pastorales, con el objetivo de unificar criterios frente a los desafíos contemporáneos.

En paralelo, el pronunciamiento ya despertó reacciones diversas tanto dentro como fuera del ámbito eclesial, con sectores que celebran la reafirmación doctrinal y otros que cuestionan su alcance en sociedades cada vez más plurales.

Para el Vaticano, sin embargo, la defensa de la monogamia no implica una condena de las personas, sino una propuesta de vida basada en la entrega recíproca, la dignidad humana y la estabilidad de los vínculos.

El Litoral