Francisco conversó con 17 personas que sufrieron abusos cuando eran menores. El tema estuvo en el centro de la agenda de su visita a ese país.
En la noche del viernes el Vaticano informó que el Papa se reunió durante dos horas con 17 víctimas de abusos por parte de sacerdotes belgas cuando eran menores de edad. El encuentro tuvo lugar en la nunciatura de Bélgica.
Durante el encuentro “los participantes pudieron trasladar al Papa sus historias y su dolor y expresar sus expectativas respecto al compromiso de la Iglesia contra los abusos”, explicó la nota.
Francisco “pudo escuchar y acercarse a su sufrimiento, expresó gratitud por su valentía y el sentimiento de vergüenza por lo que habían sufrido de niños a causa de los sacerdotes que estaban confiados tomando nota de las peticiones que le hicieron para que pudiera estudiarlas”.
Las agencias internacionales de información coincidieron en que el encuentro del Papa con un grupo de abusados sexuales por parte de eclesiásticos iba a tener lugar este viernes por la noche, tras el fuerte reclamo por parte del primer ministro Alexander de Croo, que por la mañana en el encuentro de Francisco con las autoridades locales, reclamó al pontífice que “hay que dar pasos concretos”, reclamó “escuchar a las víctimas”, “reconocer las atrocidades” y “hacer justicia”.
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El Papa reaccionó al responder. Dijo que “solo un caso es suficiente para probar vergüenza”. “Tenemos que pedir perdón y esta es nuestra vergüenza y nuestra humillación”.
Los medios de comunicación belgas fueron unánimes: "Es hora de actuar”, reclamaron. Se supo que varias victimas de los abusos habían sido invitados por el gobierno para estar presentes en la recepción al Papa.
Los abusados invitados al encuentro de la mañana por el gobierno belga estuvieron de acuerdo en elogiar como “fenomenal” e “impresionante” el discurso del primer ministro al Papa porque “demostró que nos escucha”, como dijeron según la agencia española EFE Koen Van Sumere y Emmanuel Henken, dos de los abusados.
“Será un encuentro alejado de los focos”, coincidieron los medios periodísticos antes de que se realizara. Se ha vuelto un personaje Jean-Luc, una de las víctimas, quien antes del esperado encuentro declaró: "Hace mucho que me preparo para ver al Papa. Le voy a contar mi historia personal y le pediré que se tomen medidas para que la Iglesia adopte una posición clara respecto a lo abusadores”.
Jean-Luc dijo que le aliviaron las palabras claras del Papa en su discurso del viernes.
Otro de los interlocutores del Papa señaló que “los obispos deben tomar decisiones, no van a poder esconderse debajo el mantel y van a tener que decidir y tomar medidas claras, sin ambigüedad y decidir algo que no han hecho hasta ahora”.
Otra víctima de abusos, Emmanuel Henckens, llamó la atención sobre la declaración del Papa de que “un caso es demasiado”, que consideró “un mensaje claro para la Iglesia”.
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