La ex canciller alemana Angela Merkel presentó este lunes su autobiografía Libertad en Washington, durante una conversación con el expresidente de Estados Unidos Barack Obama. El evento, que reunió a cientos de personas en el auditorio The Anthem, abordó diversos temas de la política global, destacando la relación entre ambos líderes y la creciente influencia de la ultraderecha en el mundo, especialmente a través del discurso antimigrante.

Durante casi dos horas, Merkel y Obama discutieron cuestiones como la expansión de la ultraderecha en países como Estados Unidos, Alemania, Hungría e Italia, y cómo estos movimientos han aprovechado la migración para ganar poder. En una de las partes más destacadas de la charla, Obama planteó una pregunta de la audiencia sobre cómo las nuevas generaciones pueden defender la democracia frente a esta amenaza.

Merkel propuso una doble solución: por un lado, los gobiernos deben garantizar seguridad y estabilidad para que los ciudadanos vivan sin el temor de perder sus empleos, protegiéndolos de la retórica ultraderechista; por otro, es esencial fortalecer las políticas de integración, como cursos de idioma y apoyo a las autoridades locales.

Asimismo, insistió en que los partidos democráticos deben abordar los problemas reales de la ciudadanía sin adoptar el lenguaje de los extremos, ya que, según ella, esto solo refuerza a los sectores más radicales.

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Recuerdos de la cancillería y anécdotas personales

La charla también revisó los momentos más significativos de los 16 años de Merkel en el poder, entre ellos la crisis económica global de 2008 y la crisis de deuda europea, que marcaron su mandato. Ambos líderes evocaron recuerdos de la época, destacando, entre otras cosas, el célebre discurso de Obama en Berlín en 2008, cuando aún era candidato presidencial. Merkel relató cómo su equipo sugirió hacer el discurso frente a la Puerta de Brandeburgo, pero ella se opuso para evitar dar la impresión de favoritismo. Finalmente, Obama pronunció su discurso en la Columna de la Victoria.

La crisis migratoria de 2015

Otro tema central fue la crisis migratoria de 2015, un punto clave del tercer mandato de Merkel. Su decisión de mantener abiertas las fronteras alemanas para recibir a refugiados, principalmente sirios, fue polémica y cambió el rumbo político en Europa. Merkel defendió su postura, destacando la necesidad de no abandonar los principios de los derechos humanos. Afirmó que Alemania no podía rechazar a los refugiados sirios, dada la devastadora guerra civil en su país, y subrayó la importancia de abordar las causas subyacentes de la migración y de colaborar con países como Turquía en la gestión de la crisis.

Finalmente, Merkel también abordó los últimos años de su mandato (2017-2021), dominados por la pandemia del COVID-19. En su autobiografía, reflexiona sobre su decisión de no postularse para un cuarto mandato, una resolución que, según reveló, fue en parte consecuencia de la crisis migratoria, que definió la parte final de su carrera política. EFE