A pesar de que el Ministerio de Cultura de Francia emitió una orden que prohíbe la exportación de las armas, un comprador anónimo las obtuvo en una subasta.
Dos pistolas decoradas que pertenecieron a Napoleón I hasta su primera abdicación en 1814, clasificadas como “tesoros nacionales”, se vendieron en Francia por 1,69 millones de euros (1,83 millones de dólares), anunció el domingo la casa de subastas Osenat.
“Estas dos pistolas de percusión, con incrustaciones de oro y plata que reproducen el perfil del emperador” se estimaron entre 1,2 y 1,5 millones de euros, había declarado el experto Jean-Pierre Osenat.
Las armas se subastaron en su precioso estuche de madera (nogal, ébano, terciopelo verde bordado en oro, etc.) y con sus accesorios. Las casas de subasta Osenat y Rossini, que organizaron la venta en la región parisina, no dieron ninguna información sobre el comprador, pero consideraron que fue un éxito.
El sábado, el Ministerio francés de Cultura emitió una orden que prohíbe la exportación de las dos pistolas, publicada en el boletín oficial junto a un dictamen de la Comisión Consultiva de los Tesoros Nacionales, que las consideró “como un tesoro nacional”.
Las armas están “destinadas a unirse en las colecciones nacionales al sable llamado de los emperadores, que fue ofrecido al mismo tiempo por el Emperador recién derrocado al general Caulaincourt”, declaró el Ministerio.
Sea cual sea su valor o antigüedad, un bien cultural clasificado como tesoro nacional sólo puede salir de Francia temporalmente, con retorno obligatorio, indica la página web del Ministerio de Cultura.
Cuando se deniega un certificado de exportación, se inicia un periodo de 30 meses durante el cual las autoridades francesas pueden hacer una oferta de compra al propietario de la obra, que tiene derecho a rechazarla. Si el gobierno francés renuncia a la compra, la obra puede salir del país.
Tras ser derrotado durante la campaña de Francia y durante su primera abdicación, Bonaparte intentó suicidarse en la noche del 12 al 13 de abril de 1814 con las pistolas, pero el general y marqués de Caulaincourt les había quitado la pólvora, había explicado Osenat.
“El emperador regaló las dos pistolas y una espada a Caulaincourt en recuerdo de su lealtad en aquellos días oscuros. Desde entonces permanecieron en manos de su familia, que decidió separarse de ellas”, añadió el experto. (Infobae)
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