Fue en la localidad de Juan N. Fernández, del partido bonaerense de Necochea. El animal fue capturado y luego liberado en las sierras de Tandil.
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Juan Nepomuceno Fernández es un pueblo rural perteneciente al partido bonaerense de Necochea, ubicado a unos 100 kilómetros de Tandil. El lunes, una mujer salió al patio de su casa, donde tenía las papas que utilizaría para el almuerzo, y lo que encontró fue a un puma recostado entre su auto y la pared, observándola y en alerta.
La protagonista del cónclave entre humano y felino fue Ana María Suárez, quien, según informó, se armó de tranquilidad para volver sobre sus pasos, volver a cerrar la puerta y llamar al veterinario Dimas Castelucci, autoridad local de Bromatología: “Vení enseguida, tengo un puma en mi casa”.
Siguiendo el protocolo, Castelucci alertó a la policía, a los bomberos y a la Dirección de Guardaparques municipal, quienes procedieron a organizar el operativo. Entre el lugar en el que quedó confinado el puma y la puerta que ahora mantenía cerrada la mujer, había menos de medio metro de distancia.
Estiman que el puma, que retozaba cómodamente en el patio, pesaba unos 80 kilos.
El medio local indicó que cerca de las 14 arribaron a la casa de Suárez la Policía Ecológica y personal de Guardaparques de Necochea, al comando de su director, Julián Zugazúa. Ellos diseñaron un plan de rescate seguro.
Dos horas más tarde, se unieron un móvil de la Dirección de Prevención Ecológica y Sustancias Peligrosas, junto a miembros de La Granja de Los Pibes, de Tandil, que unos meses atrás participaron del rescate de otro puma en Necochea. Ellos fueron quienes sedaron al animal para luego ubicarlo en un cubil de madera acolchado.
Más tarde, tras el salvataje exitoso, llegó la etapa final del trabajo. Se procedió al traslado del animal hacia las sierras de Tandil, donde fue liberado. Mientras tanto, el misterio de cómo llegó al patio de Ana María sigue sin ser resuelto por los vecinos de Juan N. Fernández.
Infobae
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