¿Pava eléctrica de plástico o de acero inoxidable?, conoce las ventajas y las desventajas de cada una

A la hora de renovar la pava eléctrica o comprar la primera, aparece una duda clásica: ¿plástico o acero inoxidable? Aunque ambas cumplen la misma función, el material define la experiencia de uso, la durabilidad e incluso el sabor del agua. Cada una tiene sus puntos fuertes y sus limitaciones, por lo que la elección depende del presupuesto, la frecuencia de uso y las prioridades personales.

Las pavas de plástico suelen ser más livianas y económicas, por eso son la opción elegida por quienes buscan algo sencillo para uso ocasional. Sin embargo, esa ventaja inicial muchas veces se compensa con menor durabilidad, posibles olores o sabores indeseados y un desgaste más rápido.

En cambio, las de acero inoxidable apuntan a usuarios que priorizan higiene, robustez y vida útil prolongada. No liberan sustancias, no alteran el agua y resisten mejor el uso diario, aunque requieren una inversión más alta y resultan un poco más pesadas.

A continuación, un repaso claro de lo que ofrece cada tipo.

Pava eléctrica de plástico

Ventajas
• Más económica: es la alternativa más accesible.
• Liviana: fácil de manipular y práctica para uso eventual.
• Calentamiento rápido.
• Menos riesgo de abolladuras ante pequeños golpes.

Desventajas
• Durabilidad limitada: puede deteriorarse con el calor.
• Posibles olores o sabores en el agua, sobre todo en modelos de baja calidad.
• Riesgos sanitarios si el plástico se desgasta o no es apto para altas temperaturas.
• Menor resistencia a largo plazo.

Pava eléctrica de acero inoxidable

Ventajas
• Mayor durabilidad y robustez.
• No altera el sabor del agua ni libera sustancias.
• Conserva mejor el calor.
• Confiabilidad a largo plazo, ideal para uso diario.

Desventajas
• Más pesada.
• Precio más alto.
• Puede abollarse si recibe golpes fuertes.
• Algunos modelos tardan un poco más en hervir.