Vivir lejos de una pareja puede ser desafieante, pero hay ciertos aspectos que pueden tomarse en cuenta para facilitar la stuación .
Las relaciones de pareja pueden hacernos sentir muy bien, nos dan momentos felices, compañía en las buenas y en las malas, pero sobre todo amor.
Sin embargo a veces se presentan desafíos que opaca lo interior. Uno de ellos es la distancia.
Para tener una relación a distancia de forma sana, debemos tomar en cuenta ciertas recomendaciones.
Hablar y confiar.
Lo primero es tener una comunicación clara, honesta y asertiva. Para la psicóloga Leticia Maiche, es importante conversar acerca de las expectativas que cada uno tiene sobre cómo será esa relación a distancia y establecer acuerdos. Incluso es clave determinar cómo será la comunicación una vez que estén alejados: “por qué medio, con qué frecuencia y cómo serán los horarios del otro, sobre todo por la diferencia horaria”, remarcó.
La psicóloga Ángeles Suárez también refirió a la importancia de tener una comunicación saludable, “en todas las parejas, estén a distancia o no”. La idea es que puedan hablar de forma abierta y respetuosa, y no desde la crítica y el reproche, sobre todo estando lejos, “porque no podés juzgar al otro sobre cierta situación si no estuviste ahí”.
Es fácil decirlo, pero otra cosa es ponerlo en práctica. De hecho, la psicóloga Tania Pérez afirmó: “Para muchas parejas la comunicación a distancia es un desafío grande porque no logran tener comunicaciones profundas”. En este sentido, Maiche subrayó: “Puede ser difícil salir del ‘qué hiciste hoy’ y ‘qué hacés mañana’, pero hay que ponerle onda y hacer que la comunicación de la pareja sea lo más creativa posible”.
Frente a la falta de contacto físico, la comunicación adopta un rol aún más clave. “Pueden tener videollamadas o conversaciones con un contenido más erótico”, señaló Pérez.
Otro aspecto a considerar para mantener una relación a distancia es la confianza. Y no hay confianza sin comunicación:
“Está bueno evitar situaciones problemáticas y ser claros sobre qué haremos o dónde iremos, sobre todo por las redes sociales, porque no está bueno sorprenderse demasiado cuando uno está lejos”, mencionó Maiche. Además, es una forma de hacer que el otro se sienta incluido, indicó.
No obstante, aclaró: “No se trata de pasar el reporte del día porque eso sería intolerable, sino de compartir comentarios cotidianos sobre cómo será el día de cada uno, como si estuvieran los dos en el mismo lugar”.
De acuerdo a Suárez, la confianza es necesaria para que la relación fluya. “Hay una vida por fuera de la relación y no es necesario estar cada segundo del día en contacto”, aseguró. Y añadió: “La libertad es importante; la posibilidad de dejar que el otro se exprese, que tenga sus espacios y disfrutar de los propios”.
No solo hay que confiar en el otro, sino también en uno mismo. “Es poco probable que una persona con baja autoestima se sienta cómoda con una relación a distancia, porque si hay celos de por medio es imposible”, mencionó Pérez.
La zanahoria de la relación.
Otra recomendación es buscar cosas en común, dijo Maiche. Algunos de sus pacientes con relaciones a distancia salen a caminar o van al gimnasio a la misma hora que su pareja, y mientras charlan. Hay otros que ven una serie al mismo tiempo, lo que, además, motiva nuevos temas de conversación.
En línea con lo anterior, lo más importante a tener en común es el objetivo de volver a encontrarse. “Lo ideal es que la distancia no dure mucho tiempo y que, si tiene que ser así, planear visitas dentro de lo posible”, remarcó la experta.
Al respecto, Suárez sostuvo: “Hay personas que disfrutan mucho sus espacios individuales, pero en algún momento alguna de las dos partes necesitará verse porque el contacto físico es fundamental”.
La promesa de verse en las vacaciones o de mudarse juntos pronto es “la zanahoria de la relación”, aseguró, porque “si no hay un acuerdo de juntarse, todo queda en un plano muy fantasioso”. En este sentido, agregó: “Tenemos que saber qué queremos de la relación, si queremos echar raíces con alguien o quedarnos a jugar con la fantasía y con un ser que tal vez conozca o no”.
Oportunidades.
Cada persona es un mundo y cada pareja también. La posibilidad de mantener una relación a distancia varía según el tiempo que lleven juntos, la duración de la distancia y las razones que llevaron a esa situación, señaló Maiche. Suárez añadió otro factor: si la relación nació en la distancia o no.
Para sobrellevar esto de una manera sana, es importante el afecto y los acuerdos que haya en la pareja, aseguró Pérez. Sin embargo, cada relación es única y hay acuerdos que funcionan para algunas y para otras, no. De la misma forma, hay personas que necesitan el contacto físico más frecuentemente y no logran conservar el vínculo a distancia, comentó.
Más allá de los desafíos, “las relaciones a distancia no tienen porqué implicar sufrimiento ni fracasar más que las que no son a distancia”, aseveró Maiche. Es más: mucha gente elige tomarlo como una oportunidad, por ejemplo, para fortalecer la relación o para dedicar el tiempo que estaría con su pareja a hacer otras actividades pendientes o vincularse más con amigos y familiares. “Como todo, hay que ponerle onda y ser positivos”, concluyó la psicóloga.
En la misma línea, Suárez señaló que la distancia puede hacer que la comunicación se vuelva más atenta: “Se espera con ansias el llamado del otro y la escucha es mucho más activa, con todos los sentidos en alerta”. A su vez, Pérez remarcó que “cuando se ven, el encuentro es más intenso y hay mucho más deseo”.
No obstante, hay que saber cuándo es momento de ponerle fin. “Cuando uno se siente incómodo o siente que le falta algo, pasa a no ser saludable. No es sano sostener algo por el simple hecho de que está y me está haciendo compañía en algún punto”, finalizó Suárez.
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