Los errores más comunes al lavar vasos y cómo evitar malos olores en la cristalería
El estado de la esponja, el secado y la forma de guardar los vasos influyen en la aparición de bacterias y olores. Cambiar utensilios y permitir buena ventilación son claves.
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La higiene de los vasos depende de hábitos sencillos que pueden pasar inadvertidos. La elección de la esponja, el método de secado y la posición de almacenamiento influyen directamente en la formación de bacterias y malos olores, por lo que corregir rutinas es fundamental para mantener la cristalería en buen estado.
Un error frecuente es usar siempre la misma esponja, incluso cuando ya muestra desgaste. Una esponja deteriorada acumula bacterias y puede transferir olores y residuos durante el lavado. Por eso se recomienda cambiarla con regularidad, enjuagarla bien y dejarla secar después de cada uso.
La esponja, principal foco de contaminación
Cuando la esponja presenta roturas o filamentos sueltos, estos pueden adherirse a los vasos y resultar difíciles de retirar.
Se aconseja renovarla cada pocos días si se utiliza a diario y dejarla en un lugar ventilado para evitar la proliferación bacteriana.
También es útil separar esponjas por uso: una para vasos y otra para ollas o sartenes. Esto reduce la transferencia de residuos grasos y mejora la higiene general de la cocina.
Secado: por qué evitar el paño húmedo
Secar los vasos con un trapo húmedo facilita la acumulación de humedad y microorganismos.
Optar por el secado al aire en un escurridor limpio y ventilado disminuye el riesgo de olores y evita que queden restos atrapados en el interior del recipiente.
Cómo guardarlos para prevenir olores
Guardar los vasos boca abajo puede parecer práctico, pero esta posición impide la ventilación interna y puede atrapar humedad. Lo ideal es almacenarlos boca arriba, siempre que el diseño del mueble lo permita.
Si por espacio deben colocarse boca abajo, es importante asegurarse de que estén totalmente secos y dejar espacio entre cada vaso para que circule el aire.
Rutina para mantener los vasos limpios
Para una limpieza efectiva se sugiere:
- Enjuagar los vasos inmediatamente después de su uso.
- Usar agua caliente cuando sea posible.
- Realizar un aclarado final para eliminar restos de detergente.
- Evitar apilarlos mientras estén húmedos.
- Mantener el escurridor limpio y ventilado.
Revisar el estado de esponjas y paños de cocina es parte de una rutina básica de higiene que, combinada con el secado al aire y el almacenamiento adecuado, contribuye a reducir bacterias, evitar malos olores y preservar la cristalería.

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