Lisandro Gino: “Encontrar ribosa en un asteroide refuerza la idea de que las semillas de la vida pudieron venir del espacio”
El divulgador científico explicó el alcance del hallazgo realizado por la misión OSIRIS-REx de la NASA, que detectó en el asteroide Bennu componentes clave para la formación del ARN, un descubrimiento que reavivó teorías sobre el origen de la vida en la Tierra.
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El divulgador científico rafaelino Lisandro Gino se refirió a uno de los descubrimientos más impactantes de los últimos tiempos en el campo de la astrobiología: la detección de componentes fundamentales para la formación del ARN en muestras del asteroide Bennu, traídas a la Tierra por la misión OSIRIS-REx de la NASA.
Gino explicó que se trató de una misión “realmente impresionante”, iniciada en 2019, que permitió estudiar en detalle un cuerpo celeste cercano. “La nave orbitó el asteroide Bennu para determinar el mejor lugar donde obtener una muestra, luego se acercó, extendió un brazo, tocó el asteroide, tomó material y lo trajo de regreso a la Tierra”, relató.
Las bases de la vida, fuera de la Tierra
El análisis de esas muestras arrojó un dato clave: la presencia de ribosa, un componente esencial del ARN. “Nosotros estamos más familiarizados con el ADN, que es el que está dentro de nuestras células y transmite la herencia genética, pero hay una molécula muy parecida que es el ARN”, explicó Gino. En ese sentido, detalló que tanto el ADN como el ARN comparten bases nitrogenadas como la adenina, guanina, citosina y timina, aunque difieren en la estructura que las une.
“Esas bases ya se habían encontrado antes en meteoritos y asteroides, pero nunca se había hallado la estructura que las conecta. En Bennu se descubrió ribosa, que es justamente la estructura que permite unir esas bases en el ARN”, subrayó. Para Gino, este dato resultó fundamental porque “refuerza la idea de que los componentes necesarios para la vida no se originaron exclusivamente en la Tierra”.
La teoría de la panspermia
El divulgador señaló que este descubrimiento dio nuevo impulso a la teoría de la panspermia, que plantea que la vida —o al menos sus elementos básicos— pudo haber llegado desde el espacio. “La hipótesis sostiene que cometas y asteroides impactaron en la Tierra primitiva transportando estas bases y estructuras, y que aquí se formó el ARN”, indicó.
Incluso, Gino recordó que una de las teorías más aceptadas hoy propone que el ARN fue anterior al ADN. “Probablemente no existió primero el ADN. Antes hubo ARN, que luego evolucionó hacia el ADN. En las células más primitivas, la transmisión de la información genética se hacía a través de esta molécula”, explicó.
Divulgación científica y acceso al conocimiento
Más allá del hallazgo puntual, Gino remarcó la importancia de acercar estos avances a la comunidad. “Vivimos en un mundo hiper tecnologizado. La ciencia y la tecnología son el alma de nuestra civilización, y es necesario que todos los ciudadanos puedan conocerla”, sostuvo. En ese marco, destacó el rol de los divulgadores científicos como puente entre los investigadores y la sociedad.
También puso en valor los espacios locales dedicados a la ciencia. “En Rafaela tenemos el Observatorio Astronómico del Colegio Nacional, donde tratamos de hacer ese salto: que la gente venga con los chicos, observe el cielo, vea la Luna y se haga preguntas”, señaló. Y concluyó con una invitación clara: “Siempre digo que cuando abrimos las puertas, la gente quiere venir. Es una experiencia maravillosa”.

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