Al anochecer del 4 de octubre, la comunidad judía comenzará a celebrar el Día del Perdón, uno de los días más importantes de su tradición, que se extiende hasta la salida de la primera estrella del 5 de octubre. Se trata de una oportunidad para reflexionar sobre el propio comportamiento y para alcanzar perdón.
Según el calendario judío, tiene lugar el décimo día del mes de Tishréi, diez días luego de Rosh Hashaná, el año nuevo judío. Ambas festividades forman parte del grupo de días denominados Yamim Noraím, “los días trascendentes”, y tienen que ver con el proceso de perdón, de sanación y plenitud de la tradición judía.
“Este es el día en que como comunidad estamos dispuestos a perdonar y perdonarnos, pero hablamos del verdadero perdón. Tiene que ver, básicamente, con perdonar y ser perdonado por el otro, perdonar y ser perdonado por Dios, y, fundamentalmente, el perdón más difícil de todos, que es perdonarnos a nosotros mismos”, expresó el rabino Fabián Zaidemberg,
“Perdonarnos a nosotros mismos no implica solamente decir ‘me perdono a mí mismo por haber comido de más, por haber sido infiel, por haber sido mal tipo, por no haber ayudado a un amigo, por no donar órganos, o por no haber respetado a mis padres o a mis hijos’. Eso es válido, pero si yo no cambié la actitud y el perdón no tiene que ver con algo autentico, no tiene sentido. En la tradición judía eso se llama teshuvá, y significa que ante la oportunidad de volver actuar, actúo bien y no lo vuelvo a hacer mal para volver a pedir perdón”, explicó el rabino.
Durante esta festividad, los fieles se abstienen de las necesidades del cuerpo y la mente, y se abocan en la reflexión y el rezo: “Todos rezamos el mismo libro y compartimos nuestros errores en público. Como comunidad, todos asumimos nuestros errores, hacemos un ayuno de comida y bebida y compartimos con mucho amor la importancia de este día”. La festividad se cierra con el rezo de la oración de Neilá, que en hebreo significa conclusión.
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Selijá es, de alguna forma, el perdón más simple y refiere a perdonar al otro sin importa lo que hizo. Melijá va más allá, es un poco más profundo, alude a escarbar dentro de uno mismo y pedir que ese dolor se convierta en regocijo. Por último, kapará refiere a limpiar toda la negatividad y reemplazarla con un amor más fuerte y profundo por el otro: dicho de otra forma, subsanar ese error.
Yom Kipur, el día del perdón, es considerado por el judaísmo como el día más santo y más solemne del año. Según la fe judía en este día Dios sella todos los decretos para el año que comienza. Desde #Israel deseamos a todos que sean inscritos y sellados en el libro de la vida. pic.twitter.com/FGnIUMpmiw
— Israel en Español (@IsraelinSpanish) October 4, 2022
“Uno no puede ir hacia el pasado y reparar las cosas que hizo mal, pero cuando se vuelve a presentar la oportunidad de hacer algo, se trata de hacerlo bien”, comentó Zaidemberg, y resaltó que a pesar de que exista alguna diferencia entre los tres términos, lo importante es mejorar realmente: “El perdonar y ser perdonados nos acerca a Dios, porque a diferencia de Dios nosotros nos equivocamos. Está bien equivocarse porque es nuestra humanidad, pero el arrepentimiento y el mejorar nos perfecciona y eso nos acerca a nuestra verdadera esencia”.
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