Desde la madrugada del miércoles 7 de mayo, fuertes lluvias afectaron a gran parte de Formosa. Según datos oficiales, El Coatí acumuló 400 mm de agua, Alto Alegre 367 mm y Palo Santo 315 mm. Otras localidades como El Bañadero, Subteniente Perín y Potrero Norte también sufrieron precipitaciones significativas.

En Palo Santo, el temporal provocó el colapso de una barrera de contención y el desborde de la represa que abastece de agua potable a la ciudad. Aproximadamente 120 familias fueron reubicadas en la Casa de la Solidaridad, mientras que otras se autoevacuaron en predios comunales.

La falta de respuesta inmediata por parte de las autoridades llevó a los vecinos a organizarse para enfrentar la crisis. Además, comerciantes y pequeños restaurantes colaboraron desinteresadamente para asistir a los afectados, proporcionando alimentos y refugio en los centros de evacuación.

Crecida del río Paraguay

A la emergencia provocada por las lluvias se suma la crecida del río Paraguay. En Puerto Pilcomayo, el nivel del agua alcanzó los 3,75 metros, acercándose al nivel de alerta establecido por la Prefectura Naval Argentina, que es de 5,35 metros.

Los habitantes de las zonas afectadas expresaron su frustración por la falta de obras de infraestructura que mitiguen este tipo de desastres. "Hace rato deberíamos tener un anillo de contención que nos permita evitar este problema", señaló Fabián, destacando la necesidad de políticas públicas que garanticen un sistema de drenaje efectivo y medidas de prevención.

Asistencia oficial

Ante la magnitud del temporal, el Gobierno de Formosa activó un operativo de emergencia que incluyó la movilización de personal de Defensa Civil, fuerzas de seguridad y equipos de salud. Se enviaron colchones, alimentos y agua potable a las zonas más afectadas, aunque varios vecinos denunciaron demoras en la llegada de la ayuda.

El ministro de Gobierno, Jorge González, afirmó que “la situación está bajo control” y que “se trabaja coordinadamente para asistir a todos los damnificados”.

El temporal en Formosa ha dejado al descubierto la vulnerabilidad de las infraestructuras ante fenómenos climáticos extremos. Mientras las comunidades afectadas luchan por recuperarse, se hace urgente la implementación de medidas preventivas y de asistencia para evitar futuras tragedias.

Impacto económico

Además de los daños materiales, el temporal provocó la suspensión de clases en varias escuelas rurales, algunas de las cuales quedaron completamente anegadas. Pequeños productores agropecuarios reportaron pérdidas totales en sus cultivos, lo que genera preocupación por el impacto económico a corto plazo en comunidades que dependen de la actividad agrícola y ganadera.

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