Hito médico en Argentina: una paciente recuperó la fertilidad tras el cáncer gracias a una cirugía robótica pionera

Argentina alcanzó un avance histórico en medicina reproductiva y cirugía mínimamente invasiva. Un equipo multidisciplinario del Hospital Italiano de Buenos Aires concretó el primer autotrasplante de tejido ovárico asistido por robot, una técnica que permitió que una paciente de casi 40 años –sin hijos y recientemente recuperada de un cáncer– pueda restablecer su fertilidad después del tratamiento oncológico.

Se trata de un procedimiento sin precedentes en el país y pionero en la región. Hasta ahora, solo se habían realizado ocho intervenciones similares en Estados Unidos, lo que convierte a Argentina en el segundo país del mundo en incorporar esta tecnología a este tipo de trasplantes.

Cirugía robótica: precisión, seguridad y una nueva frontera en oncofertilidad

La utilización de un robot quirúrgico permitió alcanzar niveles de exactitud imposibles de lograr con métodos tradicionales. El instrumental miniaturizado, la visión tridimensional y el sistema de movimiento articulado lograron un implante extremadamente preciso del tejido ovárico criopreservado.

“La cirugía robótica nos da mucha más precisión y mejor visión. Permite trabajar en espacios muy reducidos con movimientos finos y controlados”, explicó Diego Odetto, ginecólogo y especialista en cirugía oncológica del Hospital Italiano.

El objetivo principal fue ubicar los fragmentos de tejido ovárico muy cerca de los vasos sanguíneos principales para favorecer la revascularización y reactivar la función natural del ovario.

Según Romina Pesce, jefa de la Sección Reproducción del hospital: “El reposicionamiento del tejido con mayor precisión es clave para lograr una revascularización rápida. Esta técnica establece un nuevo estándar sobre cómo deben realizarse estas cirugías.”

Cómo fue el procedimiento

• Antes del tratamiento contra el cáncer, el equipo extrajo y criopreservó el tejido ovárico.
• Un año y medio después, tras el alta oncológica, el material se descongeló y evaluó siguiendo estrictos protocolos de seguridad.
• La cirugía se realizó mediante robótica y mínima invasión, creando un “bolsillo” retroperitoneal para colocar el tejido.
• La paciente recibió el alta en menos de 24 horas y continúa bajo controles hormonales y ecográficos.

Se espera que la función ovárica se reactive entre tres y cinco meses después del trasplante.

En qué casos está indicada esta técnica

Este tipo de intervención está dirigida a:

• Pacientes cuyo tratamiento oncológico pueda afectar de forma irreversible su fertilidad.
• Mujeres que deban recibir terapias que dañen la función ovárica.
• Personas que requieran preservar su reserva ovárica en situaciones clínicas complejas.

La selección de cada caso se realiza mediante una evaluación interdisciplinaria entre oncólogos y especialistas en reproducción asistida. “Cuando se utiliza un tejido tan valioso, el manejo debe ser impecable. La robótica nos permite esa sutileza que la cirugía abierta o laparoscópica no siempre ofrece”, señaló Odetto.

Un logro que abre camino para el futuro

Los especialistas destacan que este hito marca el inicio de una nueva etapa en la cirugía ginecológica avanzada. La robótica permite movimientos de 360°, incorpora un “tercer brazo” para mayor maniobrabilidad y se prepara para integrar inteligencia artificial. “En unos años, la plataforma podrá alertar sobre estructuras críticas con imágenes fusionadas de resonancias, como un sistema de navegación para cirujanos”, anticipó Odetto.

La experiencia fue posible gracias a la convergencia de cuatro áreas clave:

1. Atención oncológica avanzada
2. Un programa robusto de reproducción asistida
3. Un biobanco operando bajo normativa del Incucai
4. Una plataforma de cirugía robótica de última generación

Para Pesce, el procedimiento representa una transformación profunda: “Este logro inaugura un estándar inédito de precisión, seguridad y abordaje integral para los desafíos de la oncofertilidad.”